jueves, 29 de diciembre de 2011

UN CRÉDITO POR NAVIDAD

















El crédito del Banc de Sabadell de más de 70 millones de euros a un interés del 6% hará posible que ese 20% restante de la paga se cobre antes de 2012 y apacigüe las aguas por el momento. Habrá que ver cuánto dura esta paz (el público.es).

Siguen los rumores de fiesta en el barrio. El dueño del bar se pone estupendo y nos informa que la tesorería de la Generalitat de Catalunya, después de cobrar por anticipado el impuesto sobre la paga extra de Navidad que, por falta de liquidez, no podía pagar a los funcionarios, y ante las numerosas críticas a esa mala gestión, ordenó una transferencia del 80 % de  dicha paga. Posteriormente ha pedido un crédito-puente al Banco de Sabadell para pagar el resto (un 20 %, unos 70 millones de euros, dicen) de la extra de Navidad a los funcionarios, crédito que poco a poco devolveremos entre todos, con intereses a un 6 %, mediante las oportunas congelaciones (salario mínimo, etc.) e impuestos. 
Lástima, dice la hermana de la peluquera, que no haya otro crédito para el resto de ciudadanos sin paga extra de Navidad, que hacen cola en el paro y en Cáritas.
Sin embargo, explica el pragmático del barrio, ellos, esos que hacen cola, reciben un lote con pasta para una sopa de caldo, melocotón en almíbar, turrones, polvorones, una botella de aceite, otra de vino y un botella de cava catalán. Menos da una piedra.
Exacto, menos da un piedra, y además las piedras no son aún de mazapán, que sepamos!, exclama el humorista del barrio.












El suplente del cronista

3 comentarios:

mery sananes (embusterías) dijo...

Qué alegría me das en este día que algunos designan de los inocentes. ¿Se darán cuenta quienes así lo llaman, que tal vez éste sea el único día en que nos ponemos en guardia contra las vivezas de los otros? Porque los otros 364, solemos ser tan inocentes que ni siquiera cuenta nos damos que somos objeto de todo tipo de intercambio, trueque o negociación.

Y arribar a tu pensión en un día como hoy le da más alas a mi ilusión, porque ¿acaso ulises y el quijote no fueron dos ilusos mayores navegando en aguas sembradas de molinos de viento que resonaban en su corazón como dulces sirenas? ¿Y nuestro dulce quijote acaso no creyó que las inmensas tierras por las que navegaba con sancho eran los mares que inventaba su ilusión gigante, en los que vadeaba firme con su escudo, su bacín y su lanza?

Se me da por creer que ese barbero que le cedió su instrumento de trabajo a nuestro caballero de la mancha, vive en tu pensión. Y tal vez haga posada en ella en algunos días del año la mismísima dulcinea. Y tengo la firme convicción de que en una habitación de hermosa simpleza, penélope aguarda tejiéndole a todos los otros compañeros de residencia hermosos abrigos para los días de frío.

Y tú, en tu maravillosa inocencia, me has concedido posada aún sin conocerme. Y como siempre he creído que a los seres no se les conoce por sus haberes sino por el tamaño de sus sonrisas, por la dimensión de sus pupilas abiertas como las que tienen los niños, antes de que alguien los arranque del regazo de su madre, del solar donde aprenden a leer la escritura de las mariposas, de las calles del barrio donde son hijos de todos, me ha conmovido hondamente tu generosidad.

Y acepto mudarme de inmediato. Llevo matas de sávila, que curan todos los males, y flores de baile que le regalan a las noches sin luna la catedral de luz que se derrama de su interior en las madrugadas por la brevedad de un instante. Algunos atardeceres naranja de esta ciudad que ya se va quedando sin cielos, el perfil verdiazul de las montañas de donde vengo. Y mis ganas de aprender y compartir con cada uno de los habitantes de tu hermosa pensión.

Puedo ayudar a repartir las hojas, a ablandar los granos, a amasar el pan de maíz, a llenar los alpisteros. Tú me dirás mis tareas. Creo en el barrio, en las memorias que se construyen en ellos, en las puertas abiertas, en las dulcerías que se reparten, en las infusiones que recorren las calles para aliviar cualquier enfermo, en la señora de los gatos, en las abuelas que saben de los secretos curativos de la granada, en el rubor que aún no se ha ido del rostro de las muchachas, en las madres que amamantan a sus hijos, en los contadores de cuentos, en los que llevan la música por dentro, en el barbero, el panadero, el recolector de sueños, el podador de hierbas, el que lleva en su cabeza un azafate de empanaditas de risas, en los niños que juegan entre los árboles, con un cometa hecho de ilusión, en los fogones encendidos y en las mesas servidas de geranios.

Disculpa tan larga perorata. Tal vez sea mi alegría desbordada por haber encontrado, en medio de un mundo que va perdiendo los espacios para la ternura, una posada donde llegar con mis mágicos espejos y mis embusterías.
Honraré la confianza que se me ha dado. Me has dado un lugar para seguir cultivando la inocencia.

Un abrazo

Nota: nunca hay propiedad en los afectos y menos en las palabras que los expresan. Cualquiera de esos textos que borroneó son del barrio y con ellos puedes hacer lo que desees, guindarlos en un muro o hacer un hermoso barquito de papel para echarlo a correr en los charcos.

mery

insurrecta de noche, oficinista de día dijo...

Veo que ha llegado una nueva huésped a nuestra Pensión, con fuerza y palabra cervantinas, atrevesando el mar y vadeando los cantos de sirena. Bienvenida a esta posada de peregrinos.

mery sananes dijo...

Gracias, amiga insurrecta , por tu bienvenida. Con ella iniciaré el nuevo año, para compartir lo mejor de mi en esta hermosa, cálida y amorosa posada de peregrinos.