domingo, 5 de julio de 2009

DE CUANDO LA CALLE ESCUDELLERS ERA TODO EL COSMOS


Recuerdos de la calle Escudellers, cuando antes se llamaba calle Escudillers.

Pensiones, Hostales y Habitaciones, la primera tienda de tejanos a medida, una Alpargatería, la Charcutería, la Mercería El Barato, granos y piensos Cal Graner (del señor Antonio), con alquiler de Triciclomotores, el Bar Los 4 Hermanos, el Estanco, una Lechería, una Verdulería-Frutería, una tienda de Maletas y Objetos de Piel, una Relojería, la famosa Carnicería (de la señora Rosa, que curaba los celos amorosos de los niños del barrio), una Joyería al lado de dicha Carnicería y enfrente de una Carbonería -más tarde sería expendeduría de petróleo refinado para hornillos y quinqués (tienda propiedad de la señora María), Bodega-Licorería (del señor Guillermo, alcalde de barrio, de mal genio, parecía franquista), Carpintería Mas (colaboraron en la base estructural de la escultura de la Virgen de la Merced para la basílica de la patrona de Barcelona), una tienda de Colchonería y Somieres, la prodigiosa Papelería Bambi, la Farmacia Ciurana, el Colmado Escofet, el Horno Morató, la Pescadería, el Restaurante-Charcutería La Concha, Pastelería La Flor, con sus helados de merengue y otras especialidades, Pastelería l'Estel, dos Barberías, Pesca salada, Huevería, Tocinería, Quiosco Carrión de reparaciones de relojes, el Colmado Antolín, Lámparas Jordana, y las tentaciones del bar Tequila (barra americana, billares y futbolines) y del bar restaurante Grill Room.

Una escalera muy estrecha en una casa de la calle Escudillers, en uno de cuyos pisos vivía un médico del barrio con su familia. Eran extranjeros. Un día se descubrió que practicaba abortos (fue detenido por la policía y fotografiado en la primera página del semanario de "sucesos" El Caso (dirigido por el periodista Enrique Rubio). El médico abortista estaba sentado a la mesa de un restaurante en compañía de dos prostitutas, decía la revista. Pero en realidad era la fotografía del médico con sus dos hijas jóvenes, que los del barrio reconocimos enseguida.

En la esquina de la calle Escudellers con la calle Obradors, el cartel del Cine Castilla. Más allá, yendo hacia La Rambla, el puesto de periódicos, revistas y tebeos en una portería, y el recuerdo de Pitarra en un Taller de Relojería, desaparecida ya en aquel tiempo de nuestra infancia, y en cuya trastienda se celebraban las famosas tertulias de teatro y política federalista (hoy calle Avinyó, Restaurante Pitarra, cerrado), y donde crecieron los singlots poètics (hipos poéticos).

Una tienda de Fotografía, el famoso Restaurante Los Caracoles, con sus "pollos a l'ast" rodando y goteando grasa en el horno exterior del restaurante (propiedad del señor Bofarull, también actor y productor de cine, que siempre llegaba a la calle Escudillers en su calesa (que dejaba aparcada, con su caballo, en la calle del Vidrio).

La Droguería Can Moro, otra Barbería, una Tienda-Bazar de Curiosidades (un pez de cristal, una carabela y otras muchas piezas), los Almacenes Escudillers de ropa de vestir  (con varios escaparates, planta baja y sótano), el internacional Hotel Comercio, la Pastelería l'Estel, la Sala de fiestas El Charco la Pava (después, New York), una Zapatería, otro Estanco, el Cine Alarcón, y en otra esquina, la calle Zurbano, en cuyo hotel del mismo nombre, Hotel Zurbano, residían los toreros, banderilleros y picadores que venían a torear a Barcelona (el mítico Chamaco, el mago del toreo, que regresaba al hotel con su traje de luces ensangrentado, y que acariciaba la cabeza de los niños que se le acercaban, maravillados).

Sin olvidar Al margen, la novela de A. P. de Mandiargues,  el Diario de Escudillers, de Sergio Pitol (del libro El arte de la fuga). Al comienzo de la calle, el Bar Cosmos y, arriba, ya en tiempos modernos, la construcción de los Apartamentos Cosmos, enfrente a la estatua de Pitarra, el Cine-Teatro Principal Palace y el Cine Latino, especializado en espléndidas películas antiguas de Fumanchú y el Capitán Marvel, y sin faltar los abusadores de turno, con sus largas manos serpenteando  en la sala obscura.

Más allá, al otro lado de la Rambla, nos esperan Jacint Verdaguer en la iglesia de Betlem, el pintor Fortuny y el escritor francés Jean Genet, en el Barriochino, hoy denominado Raval.

En suma: todo el mundo aquí resumido, todo el Cosmos, con sus variadas tiendas, cines, bares, pensiones, hostales, habitaciones, calles, vagabundos y niños del mundo, entre el Paralelo, el Barriochino, las Ramblas, la Plaza Real y la calle Escudillers, según la grafía de postguerra.


Fotografía: Oriol Maspons, Calle Escudellers (Barcelona, pam a pam / Barcelona, palmo a palmo), de Alexandre Cirici).


El Cronista del Barrio


2 comentarios:

albert tugues dijo...

Un buen listado de la calle Escudellers. Al que habría que añadir los marines USA y sus chicas españolas (unas pocas se casarían con marines más allá del mar).

Uno del Tequila, que aún está

albert tugues dijo...

Es verdad. De la calle Escudillers a la Plaza Real habia todo un mundo de tiendas y bares, de Pensiones y realquilados, de mujeres, hombres y niños. Era la postguerra también, años cincuenta, el Cosmos de la postguerra, cuando Bill Coleman y Tete Montoliu tocaban en el Jamboree.

Dos niñas de la Plaza Real