jueves, 15 de enero de 2009

POR EL PARALELO TAMBIÉN PASAN LOS AUTOBUSES

Ramón Dimas, fotografía restaurada de El Paralelo















Señoras y señores, ¿no están perdiendo su valioso tiempo yendo a la búsqueda de ese autobús, con Dios o sin Dios? Déjense de tantas habladurías. Vivan como todo el mundo y no se hagan tantas preguntas absurdas. No hagan caso de los anuncios ni confíen en los vendedores de felicidad fácil.

Vendedores, por cierto, llamados charlatanes en tiempos de mi madre, que vivía en el Paralelo junto al Teatro Arnau, donde cantaba Antonio Amaya aquellas canciones a la vida "diferente", inolvidables, más auténticas que todos esos anuncios nada luminosos sobre Dios y su falta de puntualidad.

La hija de una que fue taquillera del Teatro Arnau


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