YouTube - [Fine And Mellow] 1944 Billie Holiday
Desde el interior del pequeño patio se oían los golpes. La luz cegadora del sol estaba también allí, sobre latas vacías de conserva, de crema para los zapatos, sobre huesos partidos de aceitunas y restos de verduras y flores, sobre un disperso y total abandono de objetos ingenuamente exprimidos ya, cándidamente evitados ahora. Una niña se inclinó sobre una muñeca sin brazos ni piernas, un trozo de cartón machacado, pero muñeca hasta siempre: era muy fácil, allí, sobre aquella tierra dura y sucia.
(...)
Más abajo, yendo hacia la playa, se veía una barraca un poco más alta que las demás, pintada de rosa y ennegrecida por ribetes de agua escurridiza. No podía decirse que aquello fuese realmente un bar, era más bien una tienda de hortalizas, o un repentino estanco, o simplemente un lugar donde se podían cambiar novelas del Oeste. En un rincón había una pequeña mesa de mármol con un juego de cartas y un periódico siempre abierto por las páginas del fútbol. Vino caliente y áspero y unos hombres adormilados. Todos salieron a ver al viejo loco arremetiendo contra el coche.
(...)
Se levantó polvo, volvió luego a posarse lentamente y la calle empezó a soltar su silencio largo del domingo.
Todos fueron entrando despacio en las pequeñas casitas blancas, rosadas, azules, y todo volvió a quedar dormido.
Juan Marsé, La calle del dragón dormido
(Cuentos completos, Col. Austral, Madrid, 2002)
AT
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