lunes, 16 de abril de 2012

COMEDIA DIALOGADA SOBRE LA SOCIEDAD LITERARIA ESPAÑOLA



















En el bar, la sobrina de la peluquera nos lee una página del suplemento literario "Babelia", el de semana santa (diario "El País", 6/7-4-12): una pequeña entrevista a Soledad Puértolas, famosa novelista y miembro de la Real Academia Española, donde se nos informa que esta escritora está traduciendo La Celestina: una "traducción al español moderno de La Celestina, ese gran clásico español del siglo XV". Y la propia novelista declara: "Yo había leído la obra por obligación y es ahora cuando he descubierto la tensión de la novela, una novela irrepresentable para el teatro, y de la que me siento tan cercana como novela moderna, por su falta de contexto, tan alejada del costumbrismo, etc." Y continúa la nota informativa diciéndonos que el objetivo de la traductora de La Celestina es darnos una traducción para que sea leída y disfrutada sin obstáculos por todos nosotros, añade la sobrina de la peluquera.
Creía que La Celestina era una obra española, ¿no?, y que por tanto no era necesario traducirla al castellano, dice la dueña del bar.
Suponemos, responde el erudito aficionado del barrio, que la noticia se refiere, no a una traducción, sino a una versión modernizada de la lengua clásica española de dicha "novela".
Pero, pregunta la hija de la actriz del barrio, ¿no nos habían dicho nuestros implacables maestros y maestras que La Celestina era una comedia o tragicomedia dividida en veintiún actos y que había sido adaptada y representada en más de un ocasión por actores españoles? Incluso mi madre había interpretado alguna en aquellos festivales de teatro al aire libre, en verano, añade la hija de la actriz del barrio. 
Señoras y señores, por favor, sepan que al propio Fernando de Rojas ya le discutían si su obra era comedia o tragicomedia. Sea lo que fuere, teatro, novela o comedia dialogada, es por supuesto de representación imposible si no se adaptan dramáticamente sus extensos diálogos, advierte el director del teatro de aficionados. 
¿Acaso habrá otra Celestina, una novela oculta, misteriosa como "el nombre de la rosa", una Celestina que sólo leen los académicos después de rezar la oración que precede a sus reuniones (según dicen)? ¿Y que ahora se disponen a traducirla al español moderno para que podamos leerla también los otros españoles, recemos o no la oración de los académicos?, pregunta la nieta del anarquista.
Pues a mí una vez me castigaron y me suspendieron por decirle al profesor que en mi escalera había una mujer como La Celestina, una puta mayor que era vecina nuestra, comenta el humorista del barrio.
Ud. siempre tan oportuno!, dice riendo la nieta del anarquista.
Esperemos que Francisco Rico u otro académico nos aclare y traduzca el enigma erudito que nos angustia hoy, ¿novela?, ¿obra de teatro?, ¿comedia dialogada? ¿tragicomedia?, añade el erudito aficionado del barrio.
Mientras tanto, brindemos por La Celestina, madam española, alcahueta de comedia, meretriz de novela dialogada o puta de tragicomedia!, y alza su taza de café descafeinado el humorista del barrio.

El suplente del cronista

2 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bien estas aclaraciones sobre las andanzas de los academicos!!!!!

Comentarios en Facebook dijo...

A Pura Salceda, Teresa Izqui y 2 personas más les gusta esto.

Marta Agudo Ramírez: Albert, ¿tú crees que precisa esa "traducción"? No sé..., ¿se acabará traduciendo a Quevedo, a San Juan de la Cruz?...

Alberto Gimeno: En absoluto la precisa. Es una forma de banalizar hasta nuestra propia fuente literaria.

Albert Tugues: Sí, creo que es absurdo hablar de traducción al español moderno. Además, en "La Celestina" hay frases más modernas que en algunos escritores de ahora mismo.

Alberto Gimeno: Más modernas, tanto en la forma como en su contenido.