ESCOBA-ROBOT

-La política es fea y sucia, se lamenta la dueña del bar, decepcionada.

El humorista del barrio sorprende a todo el mundo cuando dice, sin reírse, que tiene una sobrina que ha inventado una escoba electrónica, una escoba-robot para políticos, que no solamente quita el polvo como esos vulgares electrodomésticos de hoy día -explica-, sino que, una vez sacado el polvo, limpia el suelo y debajo de las alfombras arrojando chorros implacables de jabón, detergente, lejía o zotal en casos extremos. Y todo el barrido es electrónico: escoba-robot, con batería autónoma, sin enchufes ni manos peligrosas que puedan desviar el trayecto de la escoba-robot.

-Aplicable, sin duda, a esos casos políticos que a veces se dan en la España eterna, y más a menudo en la Cataluña efímera, con ex-presidentes y todo!, exclama la cuñada del dentista.

-Sobre todo si contamos la estafa y la corrupción desde los Reyes Católicos, las Américas y la Inquisición!, responde la sobrina de la peluquera.

-Esa escoba, dice la nieta del anarquista, tendrá que barrer los altos y los bajos de todo el edificio político, sin dejar ningún rincón por limpiar.

-Sin olvidar los sótanos ni las alcantarillas que pasan entre los edificios, añade el politólogo del barrio.

-Ni los malos poemas a la amada que se entiende con el vecino que es amado por la hermana de la ex-esposa del poeta, ambas a su vez amigas de la amada, añade el poeta romántico.

-Esto parece el laberinto de los Pujol!, exclama el humorista.

-Pero aquí hay voluntad poética, querido, sólo voluntad poética!, responde el poeta romántico del barrio.

El humorista calla, no dice nada más, superado hoy por el ingenio del poeta romántico y la pasión por la escoba-robot.