El Tribunal Supremo (TS) ha condenado a 14 días de prisión y al pago de una multa de 900 euros a una mujer por llegar tarde al colegio electoral para el que fue nombrada vocal suplente de una mesa de un distrito de Barcelona y no estar en el momento de su constitución, en las elecciones generales de 2008 (el mundo.es).
...........................
Dice la sobrina de la peluquera que ha hecho un collage con este recorte de periódico y lo ha colgado entre los espejos de la peluquería.
La dueña del bar responde que no sabía que hubiera prisión y multa por no presentarse o llegar tarde a una mesa electoral a contar votos.
Así es, contesta la nieta del anarquista. Es una norma democrática cuyo incumplimiento, de no estar justificado por enfermedad, está penado con prisión y multa.
Cosa que no ocurre con esos políticos que pueden incumplir los programas y nadie les exige responsabilidades, dice la hija del informático. O con esos banqueros que hacen juegos de magia con el dinero hasta volatizarlo, y nadie los fiscaliza ni los somete a juicio.
Sale más rentable y es menos peligroso robarle la cartera a alguien que llegar tarde a un colegio electoral!, exclama la dueña del bar.
También tiene peligro editar una antología poética, sin depósito legal, poner una mesa en la calle sin permiso e intentar venderla, como hizo un amigo mío que fue multado, comenta el poeta romántico del barrio.
Ud. siempre ajustando la realidad a sus embrollos poéticos. Espero que la obra poética no fuera suya!, bromea la sobrina de la peluquera.
No, señorita, la antología poética, que era inédita, pertenece a otro poeta que no vive en este barrio, y, para que lo sepa, fue él mismo quien me pidió que sufragara la multa impuesta a mi amigo, el vendedor ambulante de poemarios y antologías.
Sea como fuere, siempre hay alguien que acaba pagando los platos rotos de la política o de la poesía, como en su caso, indica la hermana de la dueña del bar, y todos se ríen menos el poeta.
El suplente del cronista
8 comentarios:
Tiene más castigo faltar a una mesa electoral, que traficar con hipotecas y desalojar a la gente.
La democracia mal gestionada y corrompida por el poder, se va convirtiendo en un simulacro de dictadura de unos cuantos. Sin embargo, hay una diferencia sustancial con las dictaduras absolutas: en una democracia, pese a todo, se pueden corregir el abuso de poder y la corrupción, a no ser que los poderes ejecutivo y legislativo neutralicen al poder judicial. Pero aun así, es posible corregir ciertos abusos y corrupciones.
Las personas acampadas, jóvenes y no tan jóvenes, exigen una democracia participativa, directa, con listas abiertas cuyos candidatos sean conocidos y elegidos, no por los partidos, sino por los ciudadanos electores de cada distrito.
Yo diría que el poeta romántico del barrio es el verdadero autor de la antología inédita, puesta a la venta de manera ilegal por el vendedor ambulante de baladas, sonetos y antologías. De lo contrario, no se entendería que él, el poeta romántico, se haga cargo del pago de la multa impuesta al vendedor.
Proclamamos los acampados, que no nos interesan los resultados electores de este bipartidismo burocrático, donde los demás figuran como comparsas.
Con el PP, los acampados lo vais a tener peor.
Con el PSOE, los acampados y acampadas no vais a levantar cabeza.
Se ofrece interventor de un partido para ser interventor de otro partido, siempre que las condiciones y perspectivas de triunfo de éste sean óptimas para el que intervenga.
Si no les gusta mi currículum, tengo otro.
Publicar un comentario