BOB DYLAN, PATTI SMITH, LA EMBAJADORA Y EL ROCK DEL RELOJ PARADO

Patti Smith, después de cantar en cien mil batallas heterodoxas de la música y la poesía, se emociona y se confunde al interpretar una canción de Bob Dylan, quien, después de mandar un texto diciendo que: "Pensaba que tenía las mismas probabilidades de ganar el Nobel que de ir a la Luna" (un discurso que fue leído al final del banquete de honor por la embajadora de Estados Unidos en Suecia, Azita Raji, como indica la Agencia EFE), sigue en su casa o en el camino a otra parte, donde, aunque te emociones, nadie te verá desmemoriado en el salón de un palacio real del norte o en la Sala de Conciertos de Estocolmo.

De todos modos, Bob Dylan, acostumbrado a modificar la melodía y el ritmo de sus canciones, a cambiar música y letra en los conciertos, en caso de haber perdido la memoria de la canción, hubiera improvisado otra canción, otra música y otra letra, para volver a la misma canción, como quien no quiere la cosa, y adiós, si te he visto no me acuerdo, baby, aunque me acuerde de todos los que andan por los caminos y atajos de mi canción.

Cosas de la edad, no pasa nada, baby, una canción interpretada en el lugar equivocando, entre tanta realeza, rostros nobles e incluso una aparición, ¡me pareció ver a Felipe González cabeceando seriamente entre el público asistente!, no pasa nada, baby, ya lo decíamos, los rockeros nunca mueren, pero sí que se duermen, el pie izquierdo duda y la memoria baila con más dificultad un rock de protesta, cosas de la edad, no pasa nada, baby, la ceremonia, el baile, ya todo se acabó..., ah, no, faltaba el banquete:

“El menú del banquete de gala de los Premios Nobel, que siempre se mantiene en secreto hasta el último momento, estuvo compuesto este año por langosta, vieira y codorniz. El menú no se hace público hasta que los reyes suecos Carlos Gustavo y Silvia, el resto de la familia real, los galardonados e invitados de honor no se sientan a la mesa en el Salón Azul del Ayuntamiento de Estocolmo.” (Agencia EFE)

El cantante y compositor ha asegurado que, entonces, mientras medio planeta debatía si merecía o no este premio, le dio por pensar en Shakespeare (elpais.com):

Comencé a pensar en William Shakespeare, la gran figura literaria. Creo que se consideraba un dramaturgo. Sus palabras fueron escritas para el escenario. Con el significado de ser hablado, no leído. Cuando escribía Hamlet, estoy seguro de que estaba pensando en muchas cosas diferentes: "¿Quiénes son los actores adecuados para estos papeles? ¿Cómo debería hacerse esto? ¿Realmente quiero establecer esto en Dinamarca?" 
Su visión y sus ambiciones creativas estaban sin duda en la vanguardia, pero también había asuntos más mundanos que consideraba y trataba: "¿Cómo será la financiación? ¿Hay suficientes asientos para el público? ¿Dónde voy a conseguir un cráneo humano?" 
Apuesto a que lo más lejano de la mente de Shakespeare era la pregunta: "¿Es esto literatura?"