VOLUNTARIADO, POESÍA, DERECHOS DE AUTOR Y LA TRANSPARENCIA DE LA CERVEZA

Como decíamos ayer, se impone el "voluntariado poético", es decir, venta de libros, conferencias y lecturas sin remunerar, gratis, a lo cual hace ya tiempo que están acostumbrados los poetas (y los narradores que colaboran con los poetas, y demás familia), jubilados o no jubilados, con pensión o sin pensión, comenta el politólogo. 

El "voluntariado poético" sólo se lo pueden permitir los escritores que trabajan en otra cosa para sobrevivir, y no los llamados escritores profesionales, que algunos hay, dice al librera del barrio.

Pero con los poetas, como decíamos ayer, hoy y siempre, no hay problema: "voluntariado poético", decía mi abuelo, como las ONG de ahora, indica la nieta del anarquista.

Hay una diferencia: el "voluntariado poético" es un voluntariado puro, sin subvención alguna, de ningún tipo, a no ser que te toque algún premio literario, explica el poeta romántico.
Bueno, es una de esas loterías generalmente amañadas, si corre el dinero, claro, añade la hija de la bibliotecaria.
Pero, aunque amañadas, también tributan, debe advertirse a los pobres poetas y a los narradores que colaboran con poetas y demás familia, advierte la fiscal del barrio.
Bien dicho, que los poetas mucho rimar y cantar y después se escabullen, como un novio que tuve, cuenta la cuñada del dentista.
¡Vaya con el novio y la señora, igual que mi madre!, salta la hija de la bibliotecaria.
Eran otros tiempos, niña, ya sabes, ¡de inmadurez como la tuya, y cuando el dinero de Cultura no se desviaba al Procés (mira lo que dice "el periodico.com: Societat Civil se concentra bajo el lema "El procés ens roba")!, responde la cuñada del dentista.
¡Pues anda que el gas invisible del Castor, la guerra sucia de los expedientes, los agujeros negros bancarios y otros boatos y martingalas, con denominación de origen estatal, son las hermanitas de los pobres!, replica la sobrina de la peluquera.
En casa siempre me han dicho que no se puede vivir de los ideales ni de la poesía, dice la hermana del informático.
¡A no ser que milites en algún partido o secta y escribas odas al líder de turno!, exclama el humorista.
Tengamos esperanza, que el siglo XXI será el de la transparencia, comenta el politólogo.
¡Transparente como la cerveza de barril que nos llega mañana!, anuncia la dueña del bar.