LOPE DE VEGA, LOS ANTEOJOS DE CERVANTES, EL HUEVO Y LA GALLINA

Hoy en el bar rompen unos huevos y hacen una tortilla. 

¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?, pregunta la nieta del anarquista del barrio.

¿A qué viene esta pregunta tan vieja?, responde con otra pregunta la cuñada del dentista.

Sí, ¿qué fue primero, el huevo o la gallina, el nacionalismo español o el catalán?, repite la nieta del anarquista.

Cuando desaparezca el nacionalismo español desaparecerá el catalanismo, y los catalanistas podremos por fin ser catalanes, ni nacionalistas ni catalanistas, sólo catalanes, dice la sobrina de la peluquera.

España no tiene la culpa de los embrollos catalanes, opina la cuñada del dentista

Pero, ¿quién fue primero, el huevo o la gallina?, insiste la nieta del anarquista.

Catalunya no tiene la culpa de la cerrazón española, dice la hermana del informático.
¡Envidia del Cid Campeador, y el Barça fuera de la "Champions!, salta el tendero madridista del barrio que tiene un hijo culé.
(Nadie responde. Pausa.)

Esto no vale, aquí hay truco, advierte el politólogo. Están confundiendo los huevos con las gallinas y así no se puede razonar.

Ni huevos ni gallinas, sino cisnes atravesando las aguas plateadas del lago, se inspira el poeta romántico del barrio.

¡Cisnes con el cuello retorcido por los impuestos, querrá decir!, exclama la dueña del bar.

¡Ni huevos ni gallinas, sino una buena tortilla y visca el Barça, manque pierda!, reclama el humorista del barrio.

¡Tortilla a la española!, pide la cuñada del dentista.

¡Tortilla a la francesa!, pide la nieta del anarquista.

¡Tortilla a la catalana!, pide la sobrina de la peluquera.

¿Cómo dices, a la catalana?, pregunta la dueña del bar.

Sí, mujer, con huevos y butifarra, responde la sobrina de la peluquera, riendo.

"Huevos estrellados mal hechos"*, chafados, como los anteojos de Cervantes, decía Lope de Vega, comenta el poeta romántico.

Primero fueron el gallo y la gallina, después el huevo,¡y ahí van las tortillas, incluida la catalana!, dice la dueña del bar.

¡Tortillas con huevo, pues sin huevo no habría tortillas!, rima el poeta romántico del barrio.

¡Sin huevos, no habría tortillas ni poemas!, exclama el humorista.

¿Y qué fue de la gallina?, pregunta un desconocido. 

*"Las Academias están furiosas; en la pasada se tiraron los bonetes dos licenciados: yo leí unos versos con unos anteojos de Cervantes que parecían huevos estrellados mal hechos".
Lope de Vega, Epistolario

Ramon Gómez de la Serna, Lope viviente