LA GIGAFOTO, EL BAR DEL BARRIO Y LA POESÍA

lavanguardia.com

En el bar del barrio hay algunos que están muy contentos por la gigafoto: la sobrina de la peluquera, la hermana del informático, el poeta romántico, la nieta del anarquista, la dueña del bar y el humorista del barrio, entre otros, y dicen que algunos de ellos salen fotografiados en la imagen gigante de la "Via Catalana", que se compone de 107.000 fotografías conectadas, entrelazadas. 

Sin embargo, la cuñada del dentista dice que no le interesa nada esta fotografía descomunal ni la vía catalana.
Usted a lo suyo, contesta la sobrina de la peluquera, que nos anuncia que ya se ha visto en la fotografía acompañada de su novio y unos amigos.
El politólogo está de acuerdo con la cuñada del dentista y advierte del peligro de sumarse a las masas, con la correspondiente deshumanización, como ya pronosticaba don José Ortega y Gasset. 
El poeta romántico del barrio lamenta que nadie llevara un libro de poemas para hacerse la fotografía.
La hermana del informático le responde que el día de la Via Catalana no era el Día Internacional de la Poesía.
Pero la nieta del anarquista, que no aparece en la foto, afirma que sí que ha visto en la foto, muy ampliada, a una chica que lleva un libro de Joan Vinyoli entre las manos, aunque no recuerda en qué tramo fotográfico, si en uno de Badalona, Barcelona o Castelldefels.

El humorista del barrio insiste en que él sale varias veces en la fotografía megaespacial porque iba de un tramo a otro de la Via Catalana en bicicleta.
La dueña del bar le dice que es un mentiroso.
El poeta romántico del barrio corrige y matiza que el humorista no es un mentiroso, sino un fabulador ausente, que quiere estar en todas partes y no está en ninguna. 
¡Fabulador, su Espronceda, que yo soy modernista épico y voy en bicicleta!, responde riendo el humorista levantando un vaso vacío de cerveza.
¡Hoy, cerveza artesanal catalana para todos (pagando)!, exclama la dueña del bar, y todo aplauden, excepto el politólogo, que mueve la cabeza, y la cuñada del dentista, que estornuda, Jesús!