ARCHIVO DE GUERRA

I

Una magnífica muestra en el Arts Santa Mònica sobre un archivo de la realidad y la destrucción. Más que colección, es un archivo de esos objetos que quedan al aire libre después de la destrucción. Un archivo de los residuos de vida cotidiana y muerte que aparecen en algún rincón de una casa destruida o de un calle después de una batalla, y que Plàcid Garcia-Planas, corresponsal de guerra, ha ido recogiendo y ordenando.

Y exposición también de algunos de esos objetos colgados como móviles de Alexander Calder, junto con fotografías y uniformes de camuflaje, además de los folletos y obsequios de propaganda que regalan, por ejemplo, en la mayor feria anual de armas del mundo, la "Eurosatory", celebrada en París el 2012, nos informa García-Planas en un artículo extraordinario, "Bienvenidos al cielo" (publicado en "La Vanguardia", 25.6.2012).
Título periodístico que contrasta con el envoltorio de los caramelos de café que reparte en la feria, como propaganda, una empresa sueca de armamento y que anuncia: "Bienvenidos al infierno". 

II
Pasen y prueben los fabulosos caramelos de café cuyo envoltorio nos anuncia "Bienvenidos al infierno", cortesía de una empresa de armas sueca. 

O los patos de camuflaje, "patitos de plástico para la bañera con colores de camuflaje" , que regala una empresa de tanques alemana, o los yoyós de una empresa estadounidense.

Caramelos, alfombritas para el ordenador, corbatas bordadas con helicópteros de combate, llaveros con un soldado disparando que regalan los confeccionistas de trajes y guantes de guerra de una empresa pakistaní.

Toda clase de folletos y catálogos en la gran feria mundial de material bélico, promocionado como "armas para la paz",  las más modernas y eficaces del mercado fabricadas por las empresas de armamento, la mayoría de las cuales están entre los países más civilizados, como Francia, Alemania, Estados Unidos, Austria, Rusia, Italia, etc. 

III 
Finlandia (cuya principal empresa de tanques se llama "Patria"), Suecia (que regala los caramelos de propaganda "Bienvenidos al infierno), Suiza, Noruega (una de sus empresas fabrica balas "sin plomo ni metales pesados que ensucien la naturaleza", sin que por ello su "corazón de acero" deje de tener una mejor penetración, anuncia el catálogo). 

E incluso no falta una industria de Brasil que nos ofrece un catálogo con las balas más estilizadas del mercado, a la última moda, "línea francotirador", anuncian. También la empresa española Explosivos Alaveses regala abanicos y folletos. 
Una empresa de "missile systems" reparte caramelos entre los visitantes a la feria, "caramelos y sobrecitos de crema hidratante: el reverso advierte que la crema es...¡inflamable!", escribe García-Planas. 
El Estado francés participa en la empresa Thales, la cual firma un contrato con Rosoborononexport, que vende armas al ejército enemigo de Bashar el Asad, "pero este detalle desaparece con el ¡cling! de las copas de champán que sellan el acuerdo". 

IV
He aquí una frase de propaganda de la empresa sueca Bofors, que fundara Alfred Nobel:  "El corazón de nuestro negocio es probar cualquier producto que contenga sustancias explosivas".

En todo el artículo de García-Planas sólo hay una azafata de una empresa de Israel que, después de mostrar la nueva producción de misiles en una gran pantalla, añade un pequeño comentario anticomercial: "Desafortunadamente, no podemos detener los combates", concluye la azafata.  

Misiles directos al blanco a la velocidad de la luz, tanques a prueba de bombas, balas con "corazón de acero", uniformes de camuflaje, guerra y muerte a la moda. Núcleo duro, limpio, ecológico y cien por cien efectivo del armamento fabricado por esos países tan civilizados y defensores de la ecología, y cuya probada eficacia destructiva siempre es experimentada en casa ajena, e incluso vendida a países enemigos, como Siria.