jueves, 26 de enero de 2012

PROCESO POR LA SOMBRA DE UN BURRO














1. En la obra de teatro "El proceso por la sombra de un burro", del gran escritor Friedrich Dürrenmatt, un personaje que ha alquilado un burro se sienta a descansar a su sombra. Al cabo de unos momentos, pasa el propietario del animal y al descubrirlos allí, uno sentado a la sombra del otro, le advierte que en el alquiler del burro no iba incluida la sombra de éste, y que por lo tanto, si quiere continuar descansando a la sombra del burro, debe abonar también el alquiler de la sombra. Y así es como empieza la discusión, la posterior denuncia y el inicio del proceso judicial por la sombra de un burro. 

2. Cartel pegado en una pared del barrio:
"Creo en la justicia cuando me favorece.
No creo en la justicia cuando favorece a los otros.
Creo en la justicia cuando la justicia cree en mí y me favorece.
Por tanto, creo que digo bien cuando digo que creo en la justicia cuando es justa y cree en mí".

El suplente del cronista

2 comentarios:

José L. Ferraz dijo...

Por lo menos ha quedado claro que "el burro" pagaba sus trajes y todos pensando mal de él... En otras latitudes, dirán también que la coca y las niñas que pagaba el "chofer de los otros burros" eran sólo pastillas de menta y ornamentación...

Mery Sananes dijo...

Suficiente material para un debate en el barrio. La pregunta sería ¿quién será el juez que clasifique y guíe los argumentos y determine quién tiene la razón? Ay! Allí comienza el brollo. La justicia es una inmensa bandera que arropa a muy p ...ocos. Una declaración que no se cumple. Una palanca útil para justificar la injusticia. Una sabiduría olvidada. Una inmensa contradicción capaz de apretarle las tuercas a cualquiera. Una teoría que ni siquiera se entiende a sí misma. Un proceso en el que todos somos Kafka y aún hay quien quiere cobrarnos la sombra del burro cuyo alquiler jamás hemos podido pagar. La justicia sería un acuerdo para que todos vivamos como hermanos y nadie haga daño al otro. La justicia debería ser un acto de amor ante quien rompe las reglas de lo humano. Salvo que esas reglas, siendo tan simples, aún no las hemos establecido ni ejercido. Pero este barrio es un buen intento y esta pensión es un alucinante proyecto de ser justos, en medio de la más estruendosa injusticia que impera en este triste y pobre planeta. Como verán, no es malo el cartel. Me ha puesto a divagar.