Ayer se presentó, en Casa del Libro, el "Manifiesto personal", de Ana María Moix, con una cómplice y magnífica presentación de Margarita Rivière. A destacar, el recuerdo que Ana María Moix dedicó a los paseos con su perro por el barrio: verdadero guía, nos dijo, de calles, tiendas y personas, y el mejor medio o excusa para conversar, para hablar y conocer directamente, en plena calle, los problemas reales de la gente y la ciudad. Y compartirlos, sobre todo "compartirlos", añadió.
De todos modos, también indicó la autora, contundente e irónica, que no vayamos a creer ahora que ella se pasa todo el día en la calle y en las tiendas, charlando con los vecinos.
El suplente del cronista
5 comentarios:
También estuve en la presentación, después de atravesar las calles bajo la tormenta. Contundente, como el "Manifiesto", la presentación, y además divertida.
Un "Manifiesto" bajo la lluvia. Ana María Moix, buena escritora siempre.
La historia del perro, una delicia. Y memorable el relato que nos hizo la autora sobre el intento de corrupción urbanística que sufrió Carlos Barral, en Calafell, y que éste rechazó en combate al grito de: "!Mis espadas, a mí las espadas".
No hay nada como un perro para conocer gente, modos de vida, historias cotidianas
Los intelectuales, escritores, artistas, en la actualidad se comprometen mucho menos o nada comparado con etapas anteriores. Los actores y directores de cine son una excepción, aunque para mi gusto son demasiado sectarios y corporativistas en sus manifestaciones críticas.
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