CARTEL ANÓNIMO ESCRITO EN VERDE Y PEGADO A LAS PAREDES DEL BARRIO
En la calle tal número tal, nuestra Comunidad de Propietarios compuesta de 75 vecinos con poder de decisión, quiere notificar al barrio que el presidente de la misma y sus grupos de presión han constituido 6 tribunales para asuntos vecinales, de 4 personas cada uno, a fin de confundir más a los 51 vecinos restantes, marear la perdiz, alterar la convivencia, fomentar el desacuerdo y dar largas a los proyectos más sensatos y económicos que se vayan presentando para el mantenimiento y las reformas de nuestro edificio en cuestión.
El resultado es el gasto enorme destinado a modificar el vuelo de las palomas para que se dirijan a otros edificios, la desratización y desinfección general semanales, los presupuestos altos para reparaciones inútiles, puramente estéticas, como por ejemplo pintar la fachada cada tres meses, cambiar la puerta y la luz de la escalera cada dos meses y renovar el portero automático cada mes, mientras el edificio se resquebraja por fuera y por dentro y amenaza ruina.
Sin más y sin menos,
Los vecinos discordantes
10 comentarios:
No estoy para reuniones vecinales. Me voy al campo a vivir solo.
La mano alargada de la discordia llega hasta los bosques y las cumbres borrascosas o nevadas.
El problema es la falta de sentido común en los poderes. Se diría que el poder anula el sentido, los sentidos y la razón.
Digamos las cosas con claridad: vivimos en una democracia incompleta que tiene mucho que aprender de las democracias clásicas, donde la justicia es un poder independiente, donde el poder judicial no es utilizado por los políticos para arrojarse las corrupciones unos a otros.
La democracia, también en las comunidades y asociaciones de vecinos, necesita ser reformada y mejorada con los años. Reformarla para que sea más democrática y no para recortarla, como suelen hacer en algunos países.
La democracia sufre una gran fragilidad cuando los políticos elegidos creen que sus votantes son irresponsables y frívolos como ellos.
Pero es verdad que, si votamos a esa clase política corrupta, tendremos los políticos que nos merecemos, aunque no seamos corruptos.
De palabra en palabra, hasta el silencio.
La poesía muere y resucita, el poeta cae del trapecio y reincide. Poetas reincidentes, que reinciden en sus errores y poéticas, en la cuerda floja, como los políticos, los prosistas, los pintores, los economistas y los saltimbanquis, entre otros ejemplares del mundo del espectáculo.
La Administración de la Pensión Ulises hace saber que no se aceptarán elogios de las obras de los administradores. No es modestia, sino política reformadora de elogios, alabanzas, enaltecimientos, loas, encomios, panegírico y bombo, en tiempos de crisis.
Publicar un comentario