viernes, 20 de noviembre de 2020

“HACER DE TRIPAS, CORAZÓN”

 Foto: J.X.

Sigue y sigue caminando.

En el camino hay un atajo que lleva al bosque.

Pero no lo ve. Se confunde por otros caminos, y el extravío, la perdición y el dolor se alargan más de la cuenta.

Ni reconsideración ni perdón. No pide tanto. No espera tanto.

¿Habrá, con todo, una tolerancia, como un levantamiento del castigo, al final del camino por el que se ha perdido?

Habiendo ya llegado a una encrucijada del camino de perdición, le sorprende encontrarse con una señalización, con un extraño aviso a la posible salida de esta encrucijada: “Harás de tripas, corazón”.

Nunca se hubiera imaginado toparse un día con una señalización como ésta, con esa expresión popular tan reiterada por las personas mayores en otra época: “Hacer de tripas, corazón”.

Aquí convertida en advertencia que pronostica el futuro: “Harás de tripas, corazón”, dicho aviso viene a decir que el futuro que te espera no será menos cruento que el tiempo presente. Y que el corazón, destrozado por la pena y el castigo, deberá recurrir a las tripas para sostenerse y mantenerse ahí, palpitando pese a todo.

No hay otro modo de continuar avanzando y atravesar la salida del camino de perdición, aunque sea con el corazón dolido, roto, mordisqueado por los espectros, seca la sangre amorosa.


1 comentario:

insurrecta de las palabras dijo...

Un relato crudo y poco esperanzador...
Y yo me pregunto, ¿sabe alguien hacer de tripas corazón, cumplir ese mandato? Si alguien lo consigue tendrá para siempre el corazón hecho una tripa y esto no tiene remedio. Volver a situar el corazón en su sitio, cerca de los sentimientos, es algo casi imposible. Mejor obviar el consejo y cuidarse el corazón.