jueves, 18 de octubre de 2018

LAS FLORES, LOS LIBROS Y LA BASURA



¡Cómo somos, nunca tenemos bastante!, comenta la hermana del informático al leer que numerosos invitados a la entrega del Premio Planeta se llevaron a sus casas los centros florales de las mesas, a los que iban atados dos o tres libros antiguos, de anticuario, como base, cedidos por una Fundación que ya los ha reclamado en un tuit a la escritora Llucia Ramis: fundació@Fuparn. Aquests centres de taula han estat elaborats per la nostra fundació gràcies al conveni de lloguer amb una llibreria especialitzada en llibre antic. Agraïm qualsevol gest en la recuperació dels exemplars desapareguts durant la gala. Moltes gràcies.
Al parecer, algunos de los invitados-pillastres ya han devuelto los libros, cuenta Llucia Ramis, que también se llevó uno de esos centros florales con libros, pero que, según confiesa, ya los ha devuelto a la librería anticuaria, añade la hermana del informático.
De todos modos, seguro que los del hotel los hubieran tirado a la basura esa misma noche, como ocurre siempre en esta sociedad de consumo devorador, apunta la vidente del barrio.
Una vez pagadas las flores y consumida la fiesta, ¿para qué conservar las flores y los libros atados?, se pregunta con ironía la nieta del anarquista.
Así va el mundo, Facundo, unos tanto y otros tan poco, sentencia la vecina taxista.
Por un lado, despilfarro, insatisfacción con todo; por el otro, carencia, necesidad de todo, apunta el poeta romántico del barrio.
En un ranking europeo de vulnerabilidad social, después de Rumanía, Estonia y Lituania, aparece España ("La Vanguardia", 13.10.2018), comenta el politólogo.
Yo también lo he leído, dice el periodista en paro.
¡Vamos, ya estamos contra la marca España!, se queja la cuñada del dentista.
¡Tiene razón, no cambiarán nunca, siempre desprestigiando lo nuestro!, añade la fiscal del barrio, que no es fiscal, sino vecina que fiscaliza en tiendas y bares, explica la hija de la bibliotecaria, por si acaso.
Lo dicho: mucha modernidad, frivolidad y nueva cocina de chef internacional, y a tu lado bolsas de la basura abiertas como almacén de restos de comida gratuita, denuncia la sobrina de la peluquera.
Así es de cruel este maldito mundo, ¡pero aquí, en mi local, las comidas son sanas y caseras, sin lujos ni centros florales!, advierte la dueña del bar.
¡Ni micros ni detectives políticos!, exclama el humorista, riendo y saltando del taburete, a punto de caerse.


2 comentarios:

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Montserrat Espasa Romeu: Per no perdre el costum, aquesta lliçó la tenim massa apresa, és com l'educació.

Angel Terron-Homar: Diví!

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