miércoles, 11 de mayo de 2016

LA CULTURA, LOS PROFESIONALES, EL VOLUNTARIADO Y LAS SUBVENCIONES ESPIRITUALES

Comenta el humorista del barrio -al presentar en un restaurante casero una exposición de fotografías sobre poetas vivos y poetas muertos del mismo barrio-, que la cultura tiene dos clases de trabajadores. Y dice así:
Señoras y señores, queridas y queridos, por una parte tenemos a los profesionales, la mayoría de ellos integrados en la orden mercenaria (o mercedaria) de la virgen prostituida de la cultura. Con emolumentos escasos en general, viven a trancas y barrancas, como ranas o conejos a salto de mata, colaborando en prensa, tertulias y todos aquellos festivales y semanas de poesía o novela, subvencionados, que estén al alcance de su pluma, o de su agente o relaciones públicas o lo que fuere, si lo hubiere. A trancas y barrancas, a salto de mata, decíamos, a no ser, claro está, que les caiga encima el gordo de Navidad, un Premio Nacional o el tan ansiado viaje al Planeta por descubrir.
Por otra parte, señoras y señores, queridas y queridos, tenemos a los militantes del voluntariado cultural, generalmente personas todavía ilusionadas por el espejismo de la cultura. Hermandad visionaria de la que forman parte, especialmente, muchos poetas, que viven como pueden el agridulce voluntariado poético, el cual será remunerado con grandes subvenciones espirituales y estampitas de poesía. Los más afortunados recibirán, a su debido tiempo, un metafísico revival póstumo, en que el homenajeado será objeto de todo el amor y la consideración que no tuvo en vida. Pero mejor esto que nada, dicen los más pragmáticos de la hermandad, gatos líricos escaldados.
Caso aparte lo protagonizan aquellos dos o tres autores ungidos por la moda que dicta el tripartito cultural: el autor-único, el autor-circense y, de vez en cuando, el autor-callejero, porque “cada cert temps la poesia ha de baixar al carrer”, como indica muy bien el programa oficial de la Setmana de Poesia de Barcelona de este año.
Sin embargo, la categoría más importante (ignoramos si también rentable, aunque nada que ver con los poemarios de Panamá, señoras y señores) es la de poeta-único, novelista-único o artista-único. Pongamos por caso, el título de “Poeta-único-por-un-tiempo”, el cual, y sólo por un tiempo, valga la redundancia, será el más convocado y agasajado por los medios y los profesionales públicos de la cultura, también llamados gestores o comisarios (algunos rumorean que se está estudiando la posibilidad de crear un unidad policial local de anti-disturbios poéticos).
Pero, insistimos, los que se apuntan como voluntarios a la contienda cultural, aquellos que se entregan en alma y cuerpo al voluntariado, a la lucha sin ánimo de lucro, son los poetas, esa hermandad de poetas voluntarios habituados a las conferencias, debates y lecturas no financiadas. Sólo ellos, como buenos expertos en voluntariado, pueden moverse con cierta dignidad y escasa humillación por el filo de la navaja (los profesionales, ya se sabe, sonríen, guiñan el ojo o bizquean cuando oyen hablar del voluntariado poético, y esto siempre humilla un poco, quieras o no, como diría un personaje dostoievskiano o kafkiano).
Siempre, señoras y señores, queridas y queridos, esos voluntarios, siempre, siempre andan recorriendo el filo de la navaja a lo largo y ancho de encuentros de prosa y de fines de semana de poesía. Encuentros y semanas que se mantienen dignamente, y con escasa humillación, mediante las subvenciones espirituales que caen del cielo o suben del infierno, a diferencia de otros festivales y semanas, más afincados o enraizados en tierra pródiga y sembrada con abono público. Eso es todo, gracias”.
Calla el humorista y aplauden diez o quince voluntarios, más los familiares presentes de los poetas vivos y de los poetas muertos, la sobrina de la peluquera, el politólogo del barrio y la dueña del bar.
El poeta del barrio, que participó en una feria poética en la que recibió como regalo una gallina ponedora, sale del bar dando un portazo.
Humillado y ofendido, dicen algunos.
No, que va a ver si la gallina ponedora “ha puesto un huevo, ha puesto dos...”, canta la dueña del bar.
Si por lo menos hay para una tortilla a la francesa..., replica la nieta del anarquista.







16 comentarios:

agente polifónico dijo...

Eso es un insulto a los profesionales, no hay derecho!

insurrecta dijo...

Si no fuera por los voluntarios ya no existiría la civilización europea, tragada por los grandes mamíferos voraces e insaciables.

poeta recio y firme dijo...

¿Esta Pensión no es un nido de francmasones?

Oliva dijo...

PERO ENCARA QUEDAN PROFESIONALS?...SI ES AIXI,"ONDE,ONDE"?.

Marga Iriarte dijo...

Ese voluntariado comparte el mismo espíritu de aquellos inocentes niños del Domund. Se entregan a la poesía, una causa abstracta, que requiere fe y confianza en recibir el premio en el otro mundo. El planeta necesita voluntarios si quiere sobrevivir al caos, o no.

exacadémico dijo...

Hay profesionales y profesionales. En todos los campos. Véase el campo político de la transición, con el planteamiento de un futuro digno y democrático, que superara la indignidad del franquismo. Pero que ha terminado con la dignidad política y el sentido democrático y ha institucionalizado la corrupción en todo el sistema, profesionalmente. A veces, en nombre de la profesionalidad, se comenten las más grandes injusticias.

cinéfila dijo...

"Los profesionales", película: Un poderoso hacendado tejano contrata a cuatro mercenarios, especialistas en misiones peligrosas, para que rescaten a su mujer, que ha sido secuestrada por Jesús Raza, cabecilla de una banda de revolucionarios mejicanos (www.filmaffinity.com).

hija de poetas separados dijo...

En las mafias (también en las culturales) habita mucho profesional.

de la secta del perro dijo...

Bueno, está bien eso del voluntariado: para pensionistas, marginados y fracasados.

cupero dijo...

Gracias a los voluntarios, hay refugiados que sobreviven a la secta de los gobiernos profesionales y cínicos.

apocalíptico dijo...

¿Un nuevo exterminio? ¿Para cuándo la instalación de nuevas cámaras de gas?

poeta neomarxista dijo...

"Un espectro se cierne sobre Europa: el espectro del comunismo. Contra
este espectro se han conjurado en santa jauría todas las potencias de la
vieja Europa, el Papa y el zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses
y los polizontes alemanes."

"El manifiesto comunista" /

Fundación de Investigaciones Marxistas
C/ Olimpo 35, 28043, Madrid
Teléfono: 91 3004969 - Fax: 91 3004744
correo-e: info@fim.org.es

descendiente de Verdi por parte materna dijo...

¡AH, ESOS POETAS, SIEMPRE TAN QUEJICAS Y MELODRAMÁTICOS!

enfermera titulada de poetas dijo...

En cuanto veo a un poeta, doblo la esquina y desaparezco del mapa. No conozco a gente más insensible y fingidora que los poetas, inéditos o no, qué coñazo sus versos lamecorazones y otras cosas que no digo!

finalista del Planeta, el Nadal y el Ramon Llull dijo...

¡Por una tierra llena de prosa rentable!

quevedesca dijo...

Otro gallo nos cantaría si hubiera menos poeta gallina cantando.