UN PANFLETO, UNA VECINA, REBELIÓN EN LA GRANJA, LENIN Y SHAKESPEARE

UNA VECINA, SIMPATIZANTE DE LA CUP, LEE UN PANFLETO EN EL BAR DEL BARRIO 

"Sorprendente trabajo de Lenin (texto que Manuel Vázquez Montalbán había citado alguna vez) criticando las tesis de Rosa Luxemburgo y otros teóricos del marxismo que no comprendían la necesidad de apoyar la autodeterminación de algunas naciones oprimidas dentro de los Estados (Noruega dentro de la corona sueca, Irlanda dentro de la corona inglesa, el caso de Polonia, etc.).
En ese texto va desmontando las tesis de Rosa Luxemburgo, que no supo ver, dice Lenin, el poder de acción revolucionaria de la autodeterminación dentro de un Estado opresor, más allá de las oligarquías de la nación opresora y la nación oprimida (una, imperialista, ultranacionalista; la otra, nacionalista, separatista). 
Lenin, citando a Marx y Engels, apuesta a favor de la autodeterminación de los pueblos en su lucha revolucionaria, uniendo a los trabajadores de los Estados opresores con los trabajadores de las naciones oprimidas, dentro de esos Estados, que luchan por conseguir su independencia. Unión revolucionaria, pues, por la independencia de cada uno, con el fin de conseguir la libertad común y posible federación posterior desde el mutuo acuerdo, que sólo puede darse a partir de la libertad y decisión de cada una de las partes en conflicto." 
Sorprendente, Lenin (anterior al otro Lenin). Pura dialéctica..., de la que hoy carece la verborrea de nuestros políticos profesionales, y la de los tertulianos y articulistas al servicio de las uniones sagradas que temen a los divorcios de las parejas, como dice Lenin con humor en este trabajo citado, explica esta simpatizante de la CUP en el bar del barrio.

¿Esto es lo que también quieren decir y no dicen Pablo Iglesias y Ada Colau?, pregunta la dueña del bar. 
No lo sé, pero me gustaría que hablaran más claro, contesta la simpatizante de la CUP.
¡Pues anda que con tantas asambleas y empates lo tenéis muy claro!, responde el humorista.
En los tiempos de Lenin se hablaba más claro, pero también se hacían muchas barbaridades, comenta el politólogo del barrio.
Esperemos que ahora no se repitan las barbaridades y se imponga la razón, es decir, el respeto y el reconocimiento mutuos, digo "mutuos", no la razón de uno sobre el otro, dice la nieta del anarquista.
Pues algunos ya hablan de imponer la fuerza, no el diálogo, sino la sinrazón, dice la hermana del informático.
Cuando no hay diálogo, debe recurrirse al imperio de la ley, así está escrito, recuerda la fiscal del barrio.
¿Y no se podría escribir de otro modo, hacer otras leyes y y vivir todos en paz?, pregunta la hija de la bibliotecaria.
En las obras de teatro, en Shakespeare, por ejemplo, el diálogo de sordos de los personajes siempre lleva al monólogo y a la violencia, indica la librera del barrio.
Voy a leerles otro panfleto, que me parece más actual que el que ha leído la vecina simpatizante de la CUP, dice la cuñada del dentista sacando una hoja del bolso: 

"¿Por qué los catalanes, cuando se declaran catalanistas, son más odiados y objeto de burla que los españoles cuando son españolistas, o más que los ingleses, franceses, alemanes, belgas, portugueses, rusos, norteamericanos, latinoamericanos, etc., cuando defienden sus respectivas identidades y sus culturas propias, nacionales? ¿El catalán, cuando es catalanista, se vuelve más antipático, más inculto, más idiota, más feo, más ridículo, más bruto y agresivo, más intolerante, fachenda y payaso que los otros? Menos mal que estamos en un mundo civilizado y con sentido del humor, dicen los más optimistas..." ,  hasta aquí el panfleto, y yo digo, "si no te quieren y bailas con la más fea, algo habrás hecho", resume la cuñada del dentista.

No son cosas del querer o no querer, sino de prepotencia de los grandes sobre los pequeños, de los fuertes sobre los débiles, que dictan cuál es la palabra divina que debe ser acatada por todos los súbditos..., esto es lo que decía mi abuelo, comenta la nieta del anarquista.

Queridos, malos tiempos estos para la lírica, en que la violencia predomina sobre la palabra libre y quiere someterla y encerrarla en los subterráneos de la historia, indica el poeta romántico. 
Cuidado, cuidado, que esto huele a desacato, advierte la fiscal del barrio.
Me siento mejor en el teatro, pero en un teatro de verdad, no en éste, que simula lo que no tiene: libertad, reconocimiento mutuo, justicia, grandes palabras, siempre grandes palabras, comenta la hija de la bibliotecaria. 
¿Un carajillo de Ron Pujol o Aromes del Montserrat sería desacato?, pregunta el humorista del barrio.
¡Que yo sepa no, hasta hoy, y marchando otro carajillo!, exclama la dueña del bar.