1 NO ES 2, 3 NI MUCHOS, EL BARÇA Y VÁZQUEZ MONTALBÁN

Entra un desconocido en el bar y nos entrega unos panfletos, como en los viejos tiempos. El politólogo del barrio se sube a una silla y lo lee en voz alta, también como en los viejos tiempos: 

"No sólo el presidente Mas es Catalunya, que es más que Mas, y en la que algunos millones de ciudadanos quieren ser colsultados y votar "sí", votar "no", votar en blanco o abstenerse, presida quien presida la mesa, sea Mas, menos u otro cualquiera. 1 no es 2, 3, 4, ni 5 ni muchos.  
Parece ser que aún cuesta entender que ese afán de consulta viene de hace mucho tiempo, y que no es el proyecto de un líder político, llámese Prat de la Riba, Macià, Companys, el desmitificado Pujol, Maragall federal, Montilla estatut, Mas sobiranista o Junqueras independentista. No, no es eso, dicen algunos.
Por mucho que en tertulias de radio y televisión y en periódicos como el "ABC", "La Razón", "El Mundo", "El País" (también "El País") insistan en ello e intenten personalizar el proyecto o proceso en una o dos personas, creyendo que así será más fácil destruirlo, puesto que, fracasado y desvalorizado el proyecto personal calificado de "alucinante", "delirante", "felibustero", etc., imaginan que acabarán por fin con el problema general.
Y no, no es eso, dicen algunos. Guste o no, se trata de un proyecto colectivo que viene de muy lejos, de un proceso popular que ha ido creciendo con el tiempo y al que las clases dirigentes se han ido adaptando mal que bien, aunque luego también han sabido estimularlo de vez en cuando, a conveniencia, lentamente, a lo largo de la historia. 
Cuando Manuel Vázquez Montalbán advertía en un artículo en la revista "Triunfo", que el "Barça es más que un club"*, no estaba haciendo una broma periodística, una ironía deportiva, sino analizando un fenómeno popular del que muchos aún no se han enterado o no quieren enterarse. Sólo se calmará ese sentimiento catalanista dejándolo expresarse y votar, o exterminándolo, pero no "conllevándolo", como anunciaba Ortega y Gasset. No con mala propaganda política y periodística, con desprestigios personales de este o aquel político y una financiación caprichosa, se va a resolver el llamado problema catalán. Ésta es una cuestión popular, no de individuos. ¿Que no es una cuestión popular? Pues bien, de acuerdo, dejemos votar y lo sabremos ya de una vez."

"Cony!", exclama la sobrina de la peluquera.
Finalizada la lectura, la dueña del bar dice que tiene estropeado el televisor y que no podremos ver el partido del Barça.

*El artículo de Manuel Vázquez Montalbán:

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