Las obras del AVE se comen la villa romana de Sagrera (el periódico.com).
Haciendo obras en Barcelona, derribando muros y abriendo tierras, han sido descubiertas las ruinas de una villa romana, cuyo valor arqueológico parece indudable. Sin embargo, las autoridades catalanas y españolas, plenamente de acuerdo cuando se trata de desastres nacionales, han decidido sepultar esas ruinas del Imperio romano en Barcino o Barcelona, y que sigan adelante las obras del tren de alta velocidad, el AVE.
El AVE, ese tren que no hay que confundir con el "AVE, CÉSAR, las piedras que van a morir otra vez te saludan".
Las piedras de la villa romana que serán sepultadas bajo el cemento del siglo XXI, ya que, dicen, es muy necesaria la alta velocidad para llegar cuanto antes al próximo desastre de la vida moderna.
El suplente del cronista
6 comentarios:
¿Será verdad que algunas empresas de Pompas Fúnebres están considerando muy seriamente las ventajas de la alta velocidad para llegar cuanto antes al otro mundo?
Mucha prisa tenemos, amigo Sancho, para no llegar a ningún sitio.
Dime con quién corres y te diré quién eres cuando tropieces en la misma piedra (romana, medieval o lo que sea).
"En febrero del 2002, cuando se hacían las obras para instalar la Biblioteca Provincial de Barcelona, aparecieron las ruinas de la ciudad medieval"
(www.pousanova.blogspot.com).
Y siguen, desde hace 10 años, las obras en el viejo Mercat del Born, por unas ruinas de callejuelas medievales, cuando hay tantas callejuelas medievales enteras, abandonadas y orinadas en el mismo barrio del Born o en el barrio gótico. Además, nos hemos quedado sin la Biblioteca Provincial más grande (según la propaganda oficial), y ahora nos dicen que las ruinas romanas encontradas en la Sagrera no son más importantes que el AVE y deben ser sepultadas para siempre.
Hay unas ruinas que interesa conservar y otras que no (da lo mismo si son griegas o romanas).
Lo mismo cabe decir de las ruinas políticas (frase hermética).
La ruina político-económica es un buen medio para atemorizar a la gente, igual que las guerras:
esas ruinas sirven para mantener a la gente bajo el dominio del miedo, con el trabajo precario o el paro, la salud efímera y las pensiones cada vez más bajas, como perspectivas. Arruina a los demás y los podrás dominar a tu antojo. De momento, hasta que digan "basta".
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