Foto: J.X.
En
las 9 macetas de su balcón y ventana siempre hay nuevas plantas y
flores, sin necesidad de comprar semillas y sembrarlas.
El viento, los pájaros, los espíritus nocturnos y otros duendes del bosque, cosechan semillas solitarias que andan errantes del bosque a la ciudad, y las traen a esos albergues de tierra húmeda de las macetas del balcón y la ventana, para que florezcan.
Esas 9 macetas florecidas que habían enamorado a la novia muerta, y que, día tras día, al amanecer, ella correspondía con su dedicación y trabajo amorosos.
1 comentario:
Estas semillas misteriosas que abonan y fecundan las nueve macetas sin necesidad, al parecer, ahora de los mimos y cuidados de la novia muerta, no quieren renunciar a vivir en el plácido balcón donde fueron queridas, y donde aún queda el recuerdo de unos tiempos más felices.
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