jueves, 18 de junio de 2020

POR VEZ PRIMERA


Foto: J.X.

Por vez primera en la vida, la tristeza ha ocupado todo el cuerpo, toda el alma. No ha dejado ningún espacio vacío, dice él.
Cuando la tristeza lo invade todo y te quedas sin un lugar habitable, sin un espacio, vacío de tristeza, en que vivir, ya no estás en ninguna parte, comenta uno de los espíritus.
Ya no sabes dónde estás, como si te hubieras tirado de cabeza por el precipicio y no llegaras nunca al fondo del abismo.
Simplemente, ya no estás, y sigues bajando, bajando, reventando de tristeza, salpicando las piedras y las flores de la pared del precipicio, pero sin tocar fondo, sin llegar al fondo del abismo, añade el espíritu que resbala con las flores.
Salpicaduras de tristeza en todas partes, salpicaduras de tristeza en ninguna parte.
Además, en el fondo del abismo no hay un almacén con cajas de botellas de cerveza para reducir la ocupación de la tristeza, apunta el espíritu bebedor de cerveza atemporal (ni fría ni natural o del tiempo).



1 comentario:

Anónimo dijo...

Mery Sananes: Ay mi querido Albert. No sé si esta primera vez, es una tristeza tuya en tono mayor o si es algo que ha tomado por entero
esa mágica Pensión Ulises, donde tengo el privilegio de tener una hermosa habitación y por compañía una maravillosa
congregación de vecinos que discutimos con ardor las barbaridades de este mundo, terminando siempre a la final con
esa relación fraterna y solidaria que nos junta.

Tengo sí por seguro que vivimos tiempos tristes, muy tristes. Y que ante ellos siempre hemos hecho triunfar esa alegría franca,
fraterna y abierta que nos junta y nos fortalece. En verdad siempre procuramos mantenerla a raya, porque nunca faltan
motivos para que se nos venga encima, como ese abismo descrito, al que no se le llega al fondo como dice el espíritu
de las flores. Y creo que todos la hemos sentido, lo dice ese espíritu mío siempre atento a esas caídas.

Y ciertamente habría que llamarle la atención al espíritu bebedor de cerveza atemporal, por habernos
dejado sin esa espuma salvadora que a ratos hace retroceder la tristeza interna de la que estamos hechos.

En todo caso, esa sacudida de tristeza nos hará más fuertes pero nunca menos sensibles. Y puedo decir que
si en alguna parte la tristeza está siempre en riesgo de tener que alejarse, es en esta maravillosa Pensión
Ulises que tú regentas con la inmensa libertad del espíritu de la alegría.

Mi abrazo de siempre, antitristeza, me recomendó utilizar el espíritu de los bosques.