Foto: Retrato de Judith Xifré,, del pintor Pere Gastó
Durante
un paseo por el bosque, él pregunta a los espíritus qué cantidad
de tristeza tuvieron que soportar durante su estancia en la tierra.
Ellos
responden que en general los espíritus apenas recuerdan su paso por
la tierra. Todo queda muy vago y lejano, también el dolor. El bosque
de los espíritus ha curado el peso y el paso de la memoria por la
tierra.
No
obstante, uno de los espíritus explica que él sí recuerda, de su
vida en la tierra, no la cantidad exacta ni el peso de la tristeza,
sino que hubo un tiempo en que tenía un ojo más triste que el otro.
Los
primeros días, algunas novias muertas, antes de llegar al bosque,
también tienen más tristeza acumulada en un ojo que en el otro,
añade otro espíritu.
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