sábado, 25 de mayo de 2019

JORNADA DE REFLEXIÓN, MÁSCARA ANTI-GAS, Y UN VERMUT QUE SE COMPLICA


Después de tanto salvajismo verbal en las precampañas y campañas electorales; después del canibalismo entre partidos y dentro de cada uno de ellos, devorándose por ver quién destruye más, quién aventaja a quién, exclamando banalidades, insultos y mentiras, una cantidad ingente de mentiras, medias verdades, datos y argumentos falsos por ver quién destruye mejor al otro, maniáticos del poder que segrega lo peor de cada cual, de cada “animal político”, ¿cómo es posible ir a votar sin prevención, sin taparse la nariz o sin ponerse una máscara anti-gas (sé de alguien, poeta, narrador y periodista cultural, que tiene una máscara en casa para presentar según qué libros).
Una máscara anti-gas para evitar la toxicidad de estos días, democráticos en la forma, en la propaganda, pero en el fondo escasamente democráticos y poco humanos, por no decir humillantes del más mínimo sentido común y de la vergüenza?, se pregunta en el bar el periodista en paro.

¿Usted va a escribir un artículo como éste, tan nihilista, amargado y sobre todo inconveniente para la buena marcha de nuestra sociedad?, le pregunta el politólogo del barrio.
¡Con razón nadie le publica nada y lo despiden de todos los medios!, exclama la cuñada del dentista.
¡Si no le gusta esto, váyase, lárguese al desierto a meditar!, añade la vecina taxista.
El periodista en paro, triste, no responde, y sale del bar.
La nieta del anarquista, la sobrina de la peluquera, el humorista, la hija de la bibliotecaria, la hermana del informático y la vidente del barrio acompañan al periodista en paro y salen también del bar.
Con tantas campañas manipuladoras y enfrentamientos, con tanto mal rollo acabaremos con el futuro y desarrollo de un simple vermut con berberechos, advierte la dueña del bar, pragmática.



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