martes, 25 de junio de 2013

EL ESPÍA QUE SURGIÓ DEL FRÍO

Cuenta la dueña del bar que los espías de ahora no son como los de antes, cuando ella era más joven y los espían morían envenenados o fusilados, como Mata -Hari.
La hermana de la peluquera dice que está de acuerdo: tiempo atrás los espías actuaban de otro modo y robaban los secretos de un país para vendérselos a otro. Ahora, en cambio, lo divulgan a través de Internet para todo el mundo.
Esto no es para tomárselo a broma, advierte el politólogo del barrio.La distribución universal de esta información secreta, explica, es altamente peligrosa y desestabiliza a los países democráticos, a sus gobiernos, poniendo en evidencia el espionaje a ciudadanos y medios de comunicación. Los políticos, en estas condiciones, no pueden trabajar libremente, amenazados siempre con dejar al descubierto sus trapicheos. Trapicheos, sí, pero trapicheos necesarios, imprescindibles para nuestra seguridad. Desestabilizan nuestras democracias y además se refugian en países totalitarios o poco democráticos.
Los jóvenes espías se convierten en ex-espías, ¿por qué? Boicotean a los políticos y desestabilizan al sistema, ¿por qué y para qué?, pregunta la nieta del anarquista del barrio. ¿Siempre nos espían para nuestro bien y seguridad? 
Incluso Baltasar Garzón, el juez que ya no es juez y que fue expulsado por grabar escuchas ilegales, ahora se mete en el fregado y los defiende!, dice la hija del informático.
Los defiende porque están acusados de alta traición por haber divulgado a través de Internet grabaciones y escuchas ilegales de los gobiernos, escuchas ilegales que nuestro ex-juez también llevó a cabo con abogados defensores y sus clientes, según dice la sentencia. Esto es la monda!, se ríe la dueña del bar.
Sobre todo, esos chicos desestabilizan matrimonios de políticos y políticas y descubren a sus amantes y financieros con las vergüenzas al aire!, exclama el humorista.


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