domingo, 30 de octubre de 2011
TÉCNICAS DE PUBLICIDAD PARA SER EL MEJOR
Ser el político mejor valorado, la mujer más bella del universo, el estudiante con más sobresalientes y matrículas de honor, universitario "summa cum laude", el parado más parado, el vecino más listo de la comunidad, el espía más astuto del mundo.
Escribir la novela más importante que ha conmovido a Nueva York y al mundo entero, ser el mejor pintor que ha conmovido a Berlín y al mundo entero, publicar la novela española o islandesa que conquistó París y el mundo entero, ser el poeta más universal, el músico más planetario, el periodista más osado del mundo.
Ser el mejor banquero de Europa, Asia, África, América y Oceanía.
Ser el mejor deportista nacional e internacional, balón de oro, insignia de brillantes, ser el militar más condecorado de la historia, ser el cardenal más venerado, ser el político más votado, tener el ejército mejor preparado, con las armas más perfectas y más destructivas: "Soy el mejor, soy el mejor" ("Sóc el millor, sóc el millor", como escribía Salvador Espriu en su sátira "Teoria de Crisant").
Cuando soy cardenal, llego a Papa, y cuando soy candidato político llego a Presidente y todos me aclaman. Cuando escribo novelas, gano el Premio Nobel o el Premio Planeta, o primero uno y después el otro, y todos me aclaman. Cuando pinto, soy el mejor pintor del mundo, y también cuando canto, hablo o sonrío soy el mejor.
Y yo, que no escribo ni pinto ni canto, soy más y mejor todavía e invierto el tiempo en otras cosas, pero soy siempre el más audaz inversor, y, si no hay crisis, todos me aclaman porque soy el mejor del mundo.
Soy el mejor, el más moderno, el más guapo, el más rico, el más inteligente, el más español, el más europeo, el más universal, el más listo, el más refinado, el más culto, el mejor preparado en cada momento y situación. Soy el que sin duda mejor reconstruye las ciudades bombardeadas por los ejércitos más tecnológicos. Soy el que mejor desinfecta y borra las huellas de sangre con un preparado alquímico de gas, oro y petróleo, los mejores desinfectantes del mundo.
Soy el mejor y el más fuerte, y que no se hable más: persigamos a los perdedores, a los que no son dignos de aclamación, y, de vez en cuando, exterminemos algunos miles como signo de futuro y ejemplo a seguir por la humanidad, que nos venera y sabe quién es el mejor y nos aclama.
Soy, pues, el mejor en todo y en todo soy el mejor. No temas ser más en el mundo y el mejor de todos, y dilo en voz alta:
"Soy el mejor del mundo, soy el mejor, soy el mejor!"
Y en caso de que seas el peor, debes exlamar:
"Sí, soy el peor, pero el mejor de los peores!"
Es decir, sigues siendo el mejor en todo y no tienes rival.
El suplente del cronista
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5 comentarios:
Desde pequeño me enseñaron que debía ser el mejor. En mi familia y en todos los colegios, me dijeron que era el mejor y sería siempre el mejor de todos.
Se ha cumplido la profecía, y he compuesto un terceto como elogio:
"Soy el mejor en el paro,
y el más preparado
de los millones de parados".
No, el mejor soy yo. Incluso tengo un diploma, "Summa cum laude", que lo certifica, expedido en un centro penitenciario.
Menos elitistas y enchufados, y a trabajar como el común de las gentes.
Mis padres, mis hermanos, en el colegio, en la Universidad, mi ex-mujer, mi mujer actual, los hijos de mi ex-mujer y los hijos de mi mujer actual, mis vecinos, en el trabajo, en tertulias y fiestas, en bodas, bautizos, comuniones y entierros, todos dicen y repiten lo mismo: soy el mejor de los peores.
Es decir, y a pesar de todo, soy el mejor.
Y si no eres el/la mejor ¿que pasa? pues que no puedes competir en este mundo competitivo donde hay que ser el/la mejor, a los records guiness me remito, horreur!!!
La peor a mucha honra
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