José M. de la Pezuela, Poema visual
Se conovoca en el barrio una reunión urgente de pitonisas, curanderos y santones para averiguar dónde está el origen del mal nocturno, ese mal cuyos insectos penetran de noche en las viviendas y devoran todo el dinero que encuentran.
Los vecinos, como es lógico, están preocupados y hace ya tiempo que no duermen, siempre en estado de vigilia, despiertos y vigilantes a la caza del insecto devorador.
El dinero desaparece como por obra de magia, como por ensalmo, un, dos, tres, nada por aquí, nada por allá, un impuesto de más y otro de menos y otro de más, sacar y poner dinero, tapar agujeros.
Pero entran los insectos, se cuelan por cualquier rendija o resquebrajadura de las paredes (ya se sabe, casa viejas, y las nuevas envejecen en seguida con tanta humedad), y de nada sirve tanta actividad y vigilancia preventiva. Las casas se quedan vacías, todo el dinero masticado por los insectos, mientras en las oficinas, de los Bancos y Cajas no saben, no contestan sobre la invasión de los insectos devoradores de dinero. Será difícil la desinfección, dicen las pitonisas, curanderos y santones, será difícil ahora, esta noche, encontrar un insecticida fulminante para esta nueva plaga de insectos, y más con las prisas de la crisis y estas urgencias fumigadoras.
El suplente del cronista
2 comentarios:
Tiempos modernos, insectos modernos. Dicen que el insecto es el ser vivo más resistente, que ha atravesado todas las etapas históricas. Nos faltaría otro Marx-Engels que investigara, con menos dogmatismo, la organización social de los mismos. Aunque en realidad ya tenemos unos ensayos espeluznantes sobre la vida de las hormigas, de las abejas y las termitas, que escribió Maeterlink.
Complicado frenar el avance de los insectos. Tienen más experiencia animal que nosotros, los humanos animales, para sobrevivir.
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