Foto: J.X.
Ésta no es la danza de la muerte.
Es otra clase de invitación al baile.
Están invitados a bailar un vals mexicano, una ranchera a ritmo de vals, todos los vivos y muertos enamorados registrados en este lugar.
También quedan invitados los desenamorados, previa explicación de sus respectivos desamores.
Es decir, aquí cabe todo el mundo enamorado y desenamorado, y todos aquellos que viven y mueren de vergüenza por amor o desamor.
Cabe todo el mundo.
Pueden olvidar la recomendación anterior: no es necesario explicar nada para bailar aquí una ranchera a ritmo de vals.
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