domingo, 6 de marzo de 2022

EN DIRECCIÓN CONTRARIA

Aunque no sabía conducir ni tenía vehículo alguno (ni una bicicleta siquiera), decían de él que conducía en dirección contraria, en dirección prohibida, para llegar cuanto antes a la muerte.

Quizá se referían a su forma de andar, a aquel ir corriendo de una iglesia a otra, sin fe, pero ahí seguía, corriendo de una calle a otra hasta llegar al interior de una iglesia y reposar.

Otros decían que iba en busca de vicios prohibidos.

Simplemente, se burlaban de él.

No rezaba, no creía en ningún Dios. Pero él, dijeran lo que dijesen, sin importarle las burlas de los vecinos, necesitaba estar allí, dentro de una iglesia, y sentir aquella paz, aquel sosiego que había perdido y que no hallaba ni en las casas ni en las calles.

Este desasosiego lo comenzó a sentir desde el mismo instante en que ella fue raptada por la muerte. Él bajó por la escalera blanca del hospital, anonadado, y al salir a la calle empezó a correr, con un pañuelo en la mano, dando manotazos al viento que soplaba en dirección contraria.

Todo había cambiado. Jamás nada, ni él, volvería a ser como antes. La ternura, la delicadeza, también habían muerto. Las alimañas de la muerte te devoran el corazón, o te lo muerden y te dejan continuar, vagando por la vida en un desvivirse con el corazón mordido, troceado, o malviviendo sin corazón.

2 comentarios:

Lluís Nadal dijo...

Alguns poemes que em vas enviant els comparteixo amb uns pocs amics i amigues, que els últims anys s'han trobat en la mateixa situació de dol que nosaltres, i si identifiquen molt en ells i els hi són d'una consoladora companyia.
De part d'ells i meva, gràcies i una forta abraçada.

una lectora corriente dijo...

Si uno se empeña en ir en contra dirección apiadándose de si mismo, seguramente este ir en contra, esta negación, solo le causará más pesar a su dolor y solo encontrará críticas e incomprensión a su manera de hacer. Mejor intentar ir adaptándose a esta nueva vida donde será muy difícil sobrevivir pero donde, de vez en cuando, hallará recuerdos felices y podrá consolarse en las iglesias aun siendo ateo.