viernes, 23 de noviembre de 2018

BLACK FRIDAY O VIERNES NEGRO, DÍA SUBLIME DE TODOS LOS DESCUENTOS



Que no, que no puede ser, nada de indultos: lo de aquí ha sido peor, mucho peor, comparado con las niñerías del 23-F, con Tejero pistola en mano, o con aquella chiquillada nacional que fue el golpe de Franco contra la maldita República, comentan cinco desconocidos en el bar.
Antes del juicio, antes de la sentencia, ya reclaman el no a un posible indulto, comenta el periodista en paro.
Eso sería como en aquellos viejos juicios sumarísimos, cuando ya te fusilaban antes de juzgarte, apunta el politólogo del barrio.
¡Hombre, no exageremos, ni escupamos palabras y otras cosas más húmedas!, replica la cuñada del dentista.
No hubo escupitajo, o en todo caso fue un escupitajo en potencia, que diría un escolástico, apunta el periodista en paro.
¡No escupir, vale, / ni condenar a galeras / a la ligera!”, rima el poeta romántico del barrio.
Tiempo de destrucción, la novela inacabada de Luis Martín-Santos, autor de la novela Tiempo de silencio, cita la librera del barrio.
El hombre y la violencia tropiezan dos y tres y cuatro y muchas más veces en la misma piedra, apunta la nieta del anarquista.
La sobrina de la peluquera pregunta a los cinco desconocidos si han llegado al bar procedentes de Marte, a bordo de la máquina del tiempo.
La vidente del barrio se ríe. Amenazas, silbidos, abucheos, que si pitos y flautas.
La cuñada del dentista defiende los argumentos contundentes de los desconocidos, y la vecina taxista la apoya.
Aquellos chalados en sus locos cacharros, una película divertida, evoca el poeta romántico.
¡Como el Autobús del No-Indulto!, exclama el humorista.
La nieta del anarquista recuerda el ¡No pasarán! de la Pasionaria.
Los cinco desconocidos silban, abuchean.
La hermana del informático lee en el móvil: “En otras palabras, aquello que puede salir mal, acaba saliendo mal, como advierte la Ley de Murphy”.
O todo lo que va mal, puede ir a peor, añade el politólogo.
La dueña del bar pide calma y buenos alimentos, que es viernes.
Quiere decir: Black Friday o Viernes Negro, día sublime de todos los descuentos, apunta la vidente.
Los desconocidos salen dando un portazo y gritando no sé qué.
La hija de la bibliotecaria ha confundido a uno de los desconocidos con el penúltimo novio belicoso de su madre.
El humorista pide una segunda cerveza, pero que sea “Estrella”, de Damm.

                                                                        

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