La hermana del informático lee en el ABC digital: "El caso ha
saltado hoy a los juzgados después de que la Asociación Española
de Abogados Cristianos haya presentado una denuncia ante la Fiscalía
contra la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y contra la poetisa
Dolors Miquel." Es el caso del poema-padrenuestro, explica la hermana del informático.
Mal
asunto si la fiscalía entra en la poesía, comenta el politólogo
del barrio.
Señores,
si hay denuncia, hay que fiscalizar, y que cada palo aguante su vela.
indica la fiscal del barrio, que no es fiscal, sino aficionada a
fiscalizar, añade la dueña del bar, por si acaso.
Hay
que denunciar y perseguir a los poeta inmorales que escriben poesías sacrílegas, claro que sí, afirma la cuñada del dentista.
Poesía
y sacrilegio, aún, sólo nos falta la hoguera, como en la Inquisición, opina la hija de la bibliotecaria, y añade que su
madre tenia un novio católico que no era precisamente un santo.
¡Sería
mejor que se preocuparan del sacrilegio que se comete contra los
refugiados y todos los marginados de este mundo!, salta y dice la nieta
del anarquista. Además, esta poesía no es sacrílega, sino que es un
homenaje a la Virgen María como mujer, a su cuerpo de mujer, añade.
¡Bien
dicho, un homenaje al cuerpo de la mujer, sea virgen, santa o
prostituta!, exclama la sobrina de la peluquera.
¡No
digan más obscenidades, que las empapelo!, salta la fiscal del
barrio.
El año pasado, en Pakistán, hubo 625 atentados terroristas y murieron
1.069 personas, según el Instituto Pakistaní de Estudios para la
Paz. Dos atentados diarios, y esto no es sacrilegio ni se denuncia
cada día y a todas horas, advierte la nieta del anarquista.
No
hablemos de terrorismo, que es peligroso y trae mala suerte, y que
cada uno limpie los pecados y la poesía diabólica de su casa,
sentencia la cuñada del dentista.
Hay
que denunciar y fiscalizar por el bien de la propia poesía, que es
palabra de musas y dioses, advierte la fiscal del barrio.
Pues
yo no tengo ni musa ni dios que me proteja, y, visto lo visto, no sé
qué haré con mi próximo poemario, que es invocación y canto a
los senos de una monja que tuve en el parvulario, se lamenta, casi
rimando, el poeta romántico del barrio.
Si
le añade ironía y dice que la monja no es tal, sino el disfraz de
una okupa, el libro podría ganar incluso el Premio Nacional de
Poesía, recomienda la nieta del anarquista
¿Y
quieren decir que entonces no habrá denuncia ni censurarán el
libro?, pregunta el poeta.
Ah,
en este país del nunca se sabe, todo puede ser calumnia, sacrilegio
y desacato, y una poesía bien puede acabar en el Constitucional,
advierte el humorista.
En medio de
tanto recurso imprevisto, ¡mejor recurrir al café con pasta o
bocadillo!, exclama la dueña del bar.
1 comentario:
Poesía, sacrilegio, nuevos tiempos de Inquisición.
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