martes, 8 de marzo de 2016

HISTORIA DE UN ALCALDE INADAPTADO

Un alcalde entra a dedo, "a dedo gordo de Puigdemont", el presidente de la Generalitat, para que lo substituya para gobernar Girona, y lo primero que se le ocurre, como si estuviera en una empresa privada y no en un alcaldía, es proponer un aumento de sueldo, argumentando que en su trabajo anterior cobraba más, explica la cuñada del dentista. 
Bueno, él ha dicho que en realidad proponía un aumento de sueldo para el bien de los futuros alcaldes, apunta la dueña del bar.
¿Que es una broma?, pregunta la fiscal del barrio.
Siguió adelante y pactó con Ciudadanos porque Esquerra Republicana no aceptó el "dedazo", dice la nieta del anarquista . 
Pero más tarde, oh, sorpresa, Ciudadanos se lo piensa tres veces, no le gusta el independentismo del nuevo alcalde y deciden no apoyarlo, añade la hermana del informático. 
Pues bien, ahora nos dice el alcalde que ha pactado de una manera firme con el PSC, pero que dimite, dejando, así, el pastel envuelto y bien envuelto (otros dirían atado y bien atado) para la alcaldesa que viene a substituirlo. Y además habla de conjuras en su contra, aunque admite algún que otro error propio, explica el politólogo del barrio.
¡Menos mal, vaya cansancio ser alcalde nombrado a dedo!, exclama la sobrina de la peluquera.
Hay una novela de Fernando Vallejo que se titula Mi hermano el alcalde, dice la librera del barrio.
¿Y cuánto cobrará el nuevo alcalde o alcaldesa?, pregunta la dueña del bar.
¿Con aumento o sin aumento?, responde con otra pregunta el humorista del barrio. 

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