Marioneta y foto: J.X.
Un primer amor
se introdujo en su cuerpo,
como un cuchillo afilado,
y lo fue despedazando
por dentro,
pieza a pieza,
hasta devorarlo.
Con el cuerpo vacío,
continuó, sin embargo,
andando, a tientas.
Medio muerto, medio vivo,
llegó hasta otro cuerpo,
que lo alimentó
y lo cuidó,
con una clase de amor
y un aroma sanador
de otros bosques,
de otros mares.
Y dejó de parecer una marioneta
de ojos grandes,
mal alimentada,
deshilachada,
de segunda mano.
Ahora, él, la marioneta,
estaría rellena de amor disponible,
como otros seres humanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario