El
tubo de pasta dental que ella trajo en su neceser de hospital, ahora
él se lo guarda en el bolsillo para devolverlo a casa y poder besar
después a la novia muerta.
Besará esos restos de pasta dentífrica conservados en el tubo retorcido, ligeramente retorcido, presionado con suavidad por el azul venoso de las manos frágiles, transparentes, casi cristal, de la novia muerta.
Un resto de amor en los labios.
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