Mira lo que ella miraba, pero él no ve lo que está mirando. Ni lo que ella veía.
Mira sin mirar, sin ver.
Lo que mira, se mueve, está vivo (unos peces en el estanque de un jardín), pero lo que realmente ve no está ahí, ha muerto.
Tiene la mirada muerta sobre algo que vive y se mueve. Resiste y sigue mirando, pese a la muerte que nubla su mirada y no le deja ver.
Todo es transfiguración y ausencia, que hacen juegos de manos con el estanque y los peces.
Hay sombras que sangran en una pared del jardín. La muerte viene de una grieta, que se derrama y se apodera de su alma.
2 comentarios:
Comentario de "Una vecina de la Pensión":
Quizá lo que vemos en cada cosa, en cada imagen, es su mirada. Ellos nos miran y nosotros vemos otras cosas, pero lo que nos acompaña siempre, es su mirada.
Mery Sananes:
Nunca olvides que cuando la presencia llena todos los resquicios del alma, todos los objetos que toca, la ausencia se va desvaneciendo en lo vivido, vivo como nunca. La muerte es un tiempo inconcluso. Y lo que ves con los ojos de su mirar, restablece la armonía perdida. Y esa presencia sobrevive toda muerte. Y de pronto encontrarás que está en todo aquello en lo que detienes tu mirada y que basta invocarlo para que se haga presente sobre ti. Al menos así lo deseo de corazón, mi querido y dulce amigo.
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