Foto: J.X.
El desconocido del bar me dice:
-"No te vayas. No me dejes. Háblame con tu silencio, desde tu ausencia, no me abandones... ¿Acaso no son éstas, o parecidas, las palabras que se rezan a las novias muertas?”
Me muerdo la lengua y no digo nada. A causa de la herida de la mordedura, las palabras se desprenden de la lengua y sangran en el pañuelo. Pero no digo nada.
1 comentario:
"No hay que arrancarse tan pronto de la queja, no hay que dejarla perdida, no hay que dejarla dormida, sino que por el contrario tiene que convertirse en dolor. El doliente o el dolido, está más cerca de trascender que el que ha acallado su queja precipitadamente, desgarrándose."
TRANSITAR Y TRASCENDER, Mª Zambrano
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