martes, 5 de enero de 2021

FLORES COJAS

Foto: J.X.


Tengo un vaso en la mano. El desconocidos me agarra del brazo, y unas gotas de cerveza caen en la barra del bar. Me habla de un sueño que tuvo hace unos días:

Andaba con muletas, de un sueño a otro.

Era como si el corazón anduviera con muletas, no yo.

Era mi corazón, cojitranco, dando pasos largos y confusos por un camino laberíntico, hacia el precipicio que se abría no lejos de allí."

Y luego me explica:

"Hay plantas de flores que crecen en los abismos y precipicios, / que no se pueden trasplantar, / y mueren, cojas de pétalos, / enraizadas en las paredes rocosas", oí que cantaban -mientras yo caía por el precipicio- una niña y un niño muertos, que entraban y salían de las tumbas para amarse en el bosque.”

Salí del bar, confuso por las flores cojas de aquel desconocido, y los dos niños muertos que aún se aman y cantan en el bosque.


2 comentarios:

insurrecta de las palabras dijo...

Un poema en prosa en dos partes.
Solo se puede salir confuso de estas dos experiencias. No es fácil que alguien te describa unas flores cojas; ni encontrarse con dos niños que se dirigen al bosque para amarse.

AT dijo...

Comentario de josegarvimoreras:

Éste de las flores cojas solo podías escribirlo tú. Eres un escritor en el que los plagios no darán contigo. Tú los esquivas, como también nos esquivan los espíritus del bosque la mayoría de las veces, pues saben sobradamente la diferencia que hay entre ellos y nosotros en esa linea finísima que nos separa.