Foto: J.X.
“Agárrate
a las palabras”, se decía. “Agárrate a ellas, que soportarán
el peso.”
Pero llegó un día en que las palabras ya no podían sostenerlo.
Demasiado peso. No es que llevara muchas cosas encima. Pero el peso de esas pocas cosas le destruye. Cada uno tiene su resistencia, un límite más allá del cual no puede seguir avanzando.
Era el peso de pocas cosas, consideradas una por una, pero el conjunto de todas ellas lo hundía cada vez más
“No puedo con el peso de tantas pocas cosas que me destruyen”, se dijo finalmente, y desapareció por una calle que desembocaba en el mar.
No sabemos nada más.
1 comentario:
Bello y triste relato con final incierto. No sabemos si sería un buen final hundirse en el mar que creemos se encuentra al final de esa calle o, antes de llegar al mar, aligerarse vomitando las palabras dolorosas.
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