Imagen: Pistoletto, "La Venus de los trapos"
lavanguardia.com
Es
recomendable leerlo: una mitad de los lectores estarán en desacuerdo
con el informe contra el "procés", y la otra mitad estarán
de acuerdo. Una de cal y otra de arena, como ocurre siempre en esas
historias e informes, comenta la vidente.
Y a seguir "conllevando" el problema catalán, como decía Ortega y Gasset, con desánimo fatalista, propio de quienes quieren seguir rezando a la Sagrada Unidad, que nunca ha existido, a imagen y semejanza de la Unidad de la Santísima Trinidad, en la que puedes creer, pero no tocar, apunta el politólogo del barrio.
Y a seguir "conllevando" el problema catalán, como decía Ortega y Gasset, con desánimo fatalista, propio de quienes quieren seguir rezando a la Sagrada Unidad, que nunca ha existido, a imagen y semejanza de la Unidad de la Santísima Trinidad, en la que puedes creer, pero no tocar, apunta el politólogo del barrio.
¡Hay
cosas que no se pueden tocar, como los milagros, y punto!, advierte
la cuñada del dentista.
Exacto,
igual que las tarifas, la bajada de bandera del taxi, ratifica la
vecina taxista.
Todo
consiste en izar y arriar bandera, sostiene al poeta romántico.
¡Por un mundo sin banderas, que son trapos de colores!, protesta la nieta del anarquista.
¡Por un mundo sin banderas, que son trapos de colores!, protesta la nieta del anarquista.
Muy
bien, siempre que unos trapos no sean para quitar el polvo de joyas y
vajillas, y los otros para fregar el suelo, contesta la sobrina de la
peluquera.
Resumiendo:
no es lo mismo "La Venus de los trapos", del artista
Pistoletto, que los trapos de cocina de la criada, añade el
periodista en paro.
Un
poco más, y ya tenemos otro monólogo de Hamlet sobre banderas y
trapos, replica el humorista.
Así
va el mundo, Raimundo, responde la hija de la bibliotecaria, que hoy
no habla del novio de su madre.
Raimundo
Lulio, Ramon Llull, mallorquín que escribía en latín y en catalán,
lee en el móvil la hermana del informático.
¡Marchando, una de calamares a la vaticana, digo, a la romana,, bien rebozados, y copa de cava!, anuncia la dueña del bar.
¡Marchando, una de calamares a la vaticana, digo, a la romana,, bien rebozados, y copa de cava!, anuncia la dueña del bar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario