Viñeta: Manel Fontdevila, www.ara.cat
Y
luego están los otros estrategas, los partidarios de intervenciones
menos unilaterales y más acordes con el principio de realidad
quirúrgica y el material sanitario disponible en Urgencias, añade
la vidente, siguiendo el hilo quirúrgico del politólogo.
¿Esto
es una metáfora, o qué?, pregunta la sobrina de la peluquera.
Por
el hilo se saca el ovillo, dice el periodista en paro.
Y
del ovillo sacamos el hilo para hacer madejas y confeccionar jerséis de lana para los pobres de la calle o para los malos y pecadores de
la cárcel, replica la cuñada del dentista, con rotundidad.
¡Menos
mal que en el taxi los inviernos ya no son tan crudos como antes!,
exclama la vecina taxista.
Para
crudo, el novio de mi madre, un caradura pegajoso como el petróleo
de alguna playa, bromea la hija de la bibliotecaria.
¡Qué
tiempos aquellos, en que de niño podías bañarte en la playa libre
de la Barceloneta, con basuras de los chiringuitos y con vendas y
vendajes del Hospital del Mar, con preservativos, ratas muertas y
lenguas de petróleo surcando las olas, bajo la atenta mirada de las
familias unidas y de aquellos hombres tatuados, cojos, mancos y otros
mutilados por la guerra civil!, poetiza el poeta romántico del
barrio.
¡Oiga,
que me deprime, no tiene otros temas para cantar!, advierte la nieta
del anarquista.
Al
pan, pan, y al vino, vino, sentencia el humorista.
¡Marchando,
pollo a la plancha y vino de la casa!, anuncia la dueña del bar.
Entonces,
¿quién ser aquí el dentista que abrir cabeza sin anestesia?,
pregunta una turista suiza.
¿Cómo
dice?, pregunta la hermana del informático, saltando de la silla.
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