Desde
hace unos días, hay una pancarta en la Plaça Sant Jaume que
pregunta: "¿Què feu per aplicar el mandat de l'1 d'Octubre?"
(¿Qué hacéis para aplicar el mandato del 1 de Octubre?), comenta
alguien en el bar.
La
respuesta es muy clara: Los que podrían aplicarlo, unos están en la
cárcel, otros se fugaron, advierte la cuñada del dentista.
¿Y los que hay ahora, no podrían arriesgarse más y cumplir el mandato republicano?, pregunta la sobrina de la peluquera.
Por supuesto, si de lo que se trata es de ir llenando prisiones con declaraciones unilaterales, que no pueden aplicarse por falta de la fuerza suficiente para defender una República nominal, y a esperar un 155 más duro, represivo y reduccionista, advierte el periodista en paro.
¿Y los que hay ahora, no podrían arriesgarse más y cumplir el mandato republicano?, pregunta la sobrina de la peluquera.
Por supuesto, si de lo que se trata es de ir llenando prisiones con declaraciones unilaterales, que no pueden aplicarse por falta de la fuerza suficiente para defender una República nominal, y a esperar un 155 más duro, represivo y reduccionista, advierte el periodista en paro.
¡Ante
la indiferencia de los Estados europeos!, añade la nieta del
anarquista.
¡Resistiremos!,
grita alguien que pasa por la calle.
Sin diálogo y sin pacto, nada es posible, y recurrir a la violencia sería una locura que no aportaría ninguna solución, sino todo lo contrario, como saben en Euzkadi, comenta la hermana del informático.
Sin diálogo y sin pacto, nada es posible, y recurrir a la violencia sería una locura que no aportaría ninguna solución, sino todo lo contrario, como saben en Euzkadi, comenta la hermana del informático.
Por
favor, no estamos hablando de violencia, sino de resistencia
pacífica, incluso festiva, musical y poética, explica el poeta
romántico del barrio.
Si
no se hacen políticas abiertas, integradoras, cívicas, pacifistas,
es decir, democráticas en todos los sentidos, todo será imposible,
indica el politólogo.
¿Que
no estamos en una República, a la que hay que perseguir sin
compasión, como dice el novio de mi madre?, pregunta la hija de la
bibliotecaria.
¡Qué
república ni qué leches, son todos unos ilusos!, exclama la vecina
taxista.
¿"Somiatruites"
(sueñatortillas, visionarios)?, pregunta el humorista.
Oiga, no ofenda, hay pregunta retóricas que sería mejor ahorrarse, apunta la vidente del barrio.
Oiga, no ofenda, hay pregunta retóricas que sería mejor ahorrarse, apunta la vidente del barrio.
Hay
preguntas sin respuesta, añade la dueña del bar.
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