viernes, 16 de marzo de 2018

Y AHORA, CONFLICTOS DE POESÍA CATALANA...


El poeta del barrio comenta en el bar: Epístoles a Josep Carner, un libro polémico de Salvador Oliva, en forma de epístolas en verso. Una defensa a ultranza de la poesía de Josep Carner, arremetiendo contra grupos de poetas y políticos de toda índole, que menospreciaron e infravaloraron en su día a Josep Carner. Epístolas que contienen un sarcasmo descomunal, a veces desmedido, pero dentro de una forma rimada medida, muy medida.
No en vano Salvador Oliva ha traducido a la lengua catalana todo el teatro y los sonetos de Shakespeare, y a Lewis Carroll, Oscar Wilde, Dylan Thomas o W. H. Auden, entre otros, y es autor de Mètrica catalana, Introducció a la mètrica, etc.), explica la librera del barrio.
¿Epístolas de alto riesgo escritas para perder amigos ("perder", en varios sentidos)?, como las notas de perdición que escribe mi madre a sus novios para machacarlos, indica la hija de la bibliotecaria.
De todos modos, libros como éste demuestran que, al contrario de lo que presagian los pesimistas o los malos pronosticadores de turno, la cultura catalana, especialmente la poesía, está más viva que nunca, opina el periodista en paro.
Me dijo una amiga universitaria que Salvador Oliva arremete siempre contra la lucha independentista en Catalunya, apunta la nieta del anarquista.
Una pregunta: ¿este libro (que no conozco) no hubiera debido publicarse años atrás, cuando no había presos políticos y todos teníamos más defensas?, pregunta la sobrina de la peluquera.
¡Pero si aún no estaba escrito, cómo lo iba a publicar, y además no hay presos políticos!, advierte la cuñada del dentista.
Eso lo dirá usted y su marido, que es notario, contesta el humorista.
¡Políticos presos, es decir, "llibertat presos polítics catalans"!, salta la sobrina de la peluquera extrayendo un lazo amarillo del bolsillo.
Calma, calma, que no llegue la sangre al río, aconseja la dueña del bar.
¿Se refieren a la sangre de los poetas?, pregunta un turista coreano aficionado a la poesía, 
¡Oigan, que uno ya tiene una edad y no está para duelos a sangre!, exclama el poeta romántico del barrio.
Tranquilo, hombre, que era sólo una metáfora, indica la vidente.
Dicen que nuestro amigo el politólogo está tocado, con gripe, desde hace unos días, informa la hermana del informático.
Manzanilla, farigola, y tila, mucha tila, recomienda la vecina taxista.
¡Querrá decir tomillo, no farigola, que ya parece usted una catalanista de ésas!, advierte la cuñada del dentista.
¡Uy, se me ha escapado!, exclama la vecina taxista.




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