Comenta
la dueña del bar del barrio: Jugar al gato y al ratón. Todo es un
jugar al gato y al ratón, día tras día, a lo largo de los años,
de los siglos.
Así
es, explica el politólogo del barrio: El gato, el animal grande, el
poderoso, se quiere comer al ratón, el animal pequeño, el débil.
Pero éste se defiende, transgrede las leyes del gato, del poderoso,
y crea sus propias leyes y se enfrenta al animal poderoso. El gato
dice que son sus leyes las que tienen razón. El ratón, el animal
pequeño, débil, dice que son las suyas las que tienen razón.
¿Quién,
pues, tiene razón?, pregunta la hija de la bibliotecaria. ¿O acaso
los dos tienen razón y el enfrentamiento es inevitable cuando uno
quiere imponer su razón al otro? ¿Tantos siglos de civilización,
de cultura, para llegar a este enfrentamiento, a esta violencia? ¿No
hay una posible solución?.
Sí,
el reconocimiento mutuo, dice la nieta del anarquista. Ese
reconocimiento que nace con la palabra, después del diálogo, del
respeto expresado mediante la palabra. La libertad de expresión y la
democracia deberían ser los cauces, y nunca la imposición de un
discurso sobre el otro.
¿Cómo se puede conocer la razón de cada
uno?, pregunta el politólogo, y él mismo se responde, antes de que
intervenga la sobrina de la peluquera: Mediante la consulta a los
ciudadanos que padecen el conflicto de las dos razones. Ahora bien, una vez
conocida la decisión mayoritaria de los ciudadanos, ¿habremos
encontrado ya la razón?, y él mismo se responde, antes de que intervenga la sobrina de la peluquera: No, no habremos encontrado la razón, sino
la opinión mayoritaria, la razón mayoritaria, que no es
necesariamente la razón, pero que debería ser razón suficiente
para convivir en paz.
Vaya
paliza que nos está dando hoy el politólogo!, exclama la cuñada del
dentista. Cúmplase la ley, y acabemos con tanta monserga.
Así
pues, seguiremos jugando al gato y al ratón en economía, en
política, en religión, en el trabajo, en el amor, en suma, en la
vida, pero al menos, mediante la palabra y la consulta, habremos
evitado la violencia y ya podremos escribir poemas en paz, opina el
poeta romántico del barrio.
Poemas dedicados a las vecinas, no está nada mal!, apunta el humorista del
barrio.
De
vecinas, nada, querido amigo, responde el poeta. En todo caso, novias
conseguidas a fuerza de trabajos poéticos, y no dando volteretas en
el circo como usted!
Calma,
calma, hablemos con calma y respeto mutuo, que tanta falta nos hace!,
pide la dueña del bar.
Demasiadas
palabras y pocas acciones, interviene por fin la sobrina de la peluquera. Por la
boca muere el pez, añade.
Y
del dicho al hecho, hay mucho trecho, tanto como del poema al piso de
la vecina!, exclama el humorista del barrio guiñando un ojo al
poeta, que al final sonríe la humorada.
13 comentarios:
Esta conocida sentencia procedente del lenguaje marinero ha pasado a ser de uso cotidiano. Nos recuerda que tanto para peces como para seres humanos, abrir la boca más de la cuenta o a destiempo entraña un serio peligro: al igual que el pez es atrapado al morder el anzuelo, la persona que habla en exceso termina siendo víctima de su propia verborrea. De hecho, según el académico Julián Marías, el refrán completo en castellano sería "por la boca muere el pez y el hombre por la palabra".
Tipo: Refrán
Idioma: Español
Enunciado: Del dicho al hecho hay gran trecho
Ideas clave: Promesa
Significado: En ocasiones, existe mucha distancia entre lo que uno dice y lo que hace, por lo que conviene no confiar en promesas que pueden no cumplirse.
Marcador de uso: Muy usado
Comentario al marcador de uso: Existe también una forma en la que se ha suprimido el verbo: Del dicho al hecho, gran trecho (Fuente oral).
Fuentes: MalLara I 247; Terreros
Observaciones: Citado en El Quijote II 34 y II 64. En latín: Loqui facile, praestari difficile.
Menos enciclopedismo, menos humor, y más acción contundente contra la subversión.
Tiro porque me toca, de tal palo, tal astilla, y ahora a votar toca!
Caray con los refranes, que diría don Marcelino Menéndez y Pelayo, el gran plagiado por todos los académicos.
Seamos todos heterodoxos.
Heterodoxos, pero consultados.
Como dijo el ministro ayer: ¡Viva España, viva el Rey, viva la policía nacional!
Huau!, esto se pone interesante. Nunca nos habíamos divertido tanto desde que nuestros padres votaron la Constitución y se quedaron lelos, como dormidos!
lelo, la.
1. adj. Fatuo, simple y como pasmado. U. t. c. s.
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A Buda rogando...y con el palillo de arroz dando ¡¡¡
A Isofra Sapin Cantona, Leonor Sanchez Delgado, Lurdes Fidalgo y 9 personas más les gusta esto.
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Rafael Blanco: Me sigue asombrando la nieta del anarquista, ella por supuesto no es anarquista!!
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Angels Pal: un texto de una gran magnitud de sinceridad, con el don de la palabra.
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Montserrat Olivés Miret: M'encanta la paràbola…!!!
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Angels Pal: Jo, també.
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Emili Brugalla Fons
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Isofra Sapin Cantona
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