ENCUENTROS EN LA III
FASE
En
la noche oscura, el cliente se acercó a una prostituta que leía a
Beckett debajo de una farola. El libro de Beckett lo había
encontrado en un contenedor de basura de la calle Rialto y como no
consiguió venderlo en ninguna librería de usado, decidió leerlo.
Cuando
vio al cliente, lo cerró y en su lugar, destapó uno de sus pechos,
que parecía algo lánguido, aunque tenía un piercing en el pezón,
que lo volvía singular.
-¿Quiere
un francés?- ofreció la prostituta, sacudiendo el pezón, de modo
que el piercing sonaba como un cascabel.
El
cliente pareció meditar.
-No
estoy muy europeo, hoy- dijo-. ¿Tiene algún tailandés?
-Tengo
tailandés, paquistaní, pastrani, griego, urzull…
-¿De
América Latina tiene algo?- preguntó el cliente indeciso.
-Bueno-
dijo la prostituta, tengo un argentino que no está nada mal. Le
gustará.
-¿Viene
sólo o con psicoanalista incluído?- preguntó el cliente. Porque si
viene con psicoanalista el precio será más caro, mucho más caro.
-Es
verdad, pero admita que no todas las noches alguien le ofrece un
argentino…
-¿Y
un chileno, tiene chileno?- insistió el hombre.
La
prostituta pensó. Recordó las posiciones del Kamasutra, pero no le
parecía que ninguna fuera chilena, además en ese país eran muy
católicos, y los católicos son siempre misioneros.
-De
ese no tengo- pero en cambio, le puedo ofrecer un panameño, que lo
recordará toda su vida.
-No
puedo- dijo el hombre. Trabajo en el departamento de hacienda,
paraísos fiscales y esas cosas, sería muy sospechoso un panameño.
-¿Y
si le hago una tortilla de patata con dos huevos y un poco de beicon
y le cobro sólo la mitad?
Al
cliente le pareció una buena manera de pasar un rato, una noche y
aceptó.
Ella
guardó su pezón porque sonaba al caminar y extrajo del bolso el
libro de Beckett.
El
hombre miró el libro con curiosidad.
-¿Es
la Biblia?- preguntó.
-No,
hombre- dijo ella. La Biblia ocurrió hace mucho tiempo. Este es
mucho más moderno: no se entiende nada. Me gusta mucho leer cuando
termino el trabajo –presumió.
Y el hombre la siguió
pensando que tendría algo que contar a sus futuros nietos.
Cristina Peri Rossi
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CUENTA LE LEYENDA...
Albert Tugues
9 comentarios:
Buena sátira doble, a cuatro manos.
Vamos de corrupción en corrupción, todos como falsas prostitutas y falsos clientes, disfrazados de honorabilidad y con cruces al mérito civil. Esto no puede durar mucho más...
Que los dioses te escuchen y atiendan nuestras indignaciones tardías...
Ilusos. Es la condición humana.
Nos consideramos miembros de pleno derecho del Club de las Sátiras y los Sátiros.
Prostitutas que leen a Beckett, políticos que leen la doble contabilidad y dicen que no la entienden.
A Julie Hermoso, María De Luis, Maria Magdalena Becerra Tapia y 16 personas más les gusta esto.
Francisco Cobacho: Cortito pero esencia pura de la enfermedad tan grave que estamos padeciendo y que se llama CORRUPCIÓN.
Hace 12 horas · Me gusta
A M Cinta Montagut Sancho, Osías Stutman, Silvia Rins Salazar y 17 personas más les gusta esto.
Fernández Darío: Ya te estarás quieto, que cuando pongo un post decí que habeslo borrado.
Ayer a las 10:10 ·
Fernández Darío: Sí. Los sodomitas procuraban caer de nalgas ¡Genio y figura!
Ayer a las 10:11 ·
A.T.: Perdona, Darío, soy víctima aún del perfeccionismo de mi infancia, e incluso en Facebook me ando corrigiendo.
Ayer a las 10:15 ·
Fernández Darío: Yo también. Te comprendo
Ayer a las 10:18
Igual le pasarìan a nuestros corruptos polìticos.
un saludo
fus
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