Dicen en el barrio que ha sido presentado, en las más altas instancias del Comité Olímpico, un nuevo proyecto de futuras Olimpiadas, a celebrar al margen de las deportivas, y que consistirían en una competición universal político-militar de los ejércitos de las diferentes naciones.
Combatientes del norte y del sur, luchando en los Estadios Olímpicos, armados hasta los dientes con las armas más modernas, químicas y tecnológicas -para que no hubiera quejas de la industria armamentística por falta de producción y ventas.
Una de la condiciones indispensables ("sine qua non", como decían en el Imperio Romano) sería disparar siempre al aire, vigilando que no pasaran volando en el mismo instante golondrinas, palomas de la paz u otros pájaros libres. Es decir, no habría muertos o víctimas incidentales de balas y explosiones, como dicen políticos y periodistas estadísticos.
El pueblo se divertiría con el choque incruento de las competiciones militares en los Estadios Olímpicos, los políticos no tendrían que soportar más protestas contra la guerra, mientras que los fabricantes de armas, por su parte, seguirían produciendo y vendiendo a buen precio, aunque a un ritmo más lento, eso sí, ya que, como todo el mundo sabe, las Olimpiadas se celebran cada cuatro años, y éstas no iban a ser una excepción a la regla olímpica.
Quizá bajaría el ritmo de crecimiento económico, nos dirá un dubitativo economista nacional -nadie es perfecto ni tampoco los sistemas.
Pero he aquí también una ventaja, dirá otro economista, éste internacional: al no haber fuego real ni derramamiento de sangre, habrá un recorte y ahorro del tan preciado líquido que circula por venas y arterias, y la humanidad ya no dependerá como ahora de los donantes voluntarios.
(Corre y se extiende el rumor de que el suplente del cronista no está de vacaciones, sino que está participando en las Olimpiadas de Londres como suplente de un atleta ilerdense).
El becario del suplente del cronista
2 comentarios:
No habría demasiada diferencia entre las olimpidas de guerra y las olimpiadas del deporte, al fin y al cabo todo es una manifestación fascista del poder.
Salud
Francesc Cornadó
Luis Nadal: ...hola Albert, cuantos carajillos llevas ya, esta mañana?. Te lo pregunto porque se los podríamos imponer a nuestra (mala) casta política, a ver si también se inspiran
Albert Tugues: Certifico, Luis, que no he tomado ningún carajillo, sino un combinado de vitamina B para un nervio craneal un tanto revolucionado con la subidas y bajadas de la prima no-hermana de riesgo.
Mery Sananes: Apoyo plenamente la moción!!!! Ese es mi barrio!!!!!!!!!!!
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