jueves, 9 de febrero de 2012
EL PROCESO POR LA SOMBRA DE UN BURRO
1. En la obra de teatro "El proceso por la sombra de un burro", del gran escritor Friedrich Dürrenmatt, un personaje que ha alquilado un burro se sienta a descansar a su sombra. Al cabo de unos instantes, pasa el propietario del animal y al descubrirlos allí, uno sentado a la sombra del otro, le advierte que en el alquiler del burro no iba incluida la sombra de éste, y que por lo tanto, si quiere continuar descansando a la sombra del burro, debe abonar también el alquiler de la sombra. Y así es como empieza la discusión, la posterior denuncia y el inicio del proceso judicial por la sombra de un burro.
2. Cartel pegado en una pared del barrio:
"Creo en la justicia cuando me favorece.
No creo en la justicia cuando favorece a los otros.
Creo en la justicia cuando la justicia cree en mí y me da la razón.
Por tanto, creo que digo bien cuando digo que creo en la justicia cuando es justa y cree en mí, haga lo que haga".
El suplente del cronista
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4 comentarios:
Seguramente la legalidad y la justicia sean líneas paralelas aunque, como las cuerdas de una guitarra, cada línea pueda forzarse a conveniencia. Hace pocas horas el supremo ha cogido la línea de la legalidad y la ha apartado demasiado con respecto a la otra. Y por supuesto, hay dos varas de medir. La que mide a lo alto y la que mide a lo ancho. Una pena, vamos.
En mi nota me refería a la justicia en general y a todos aquellos que sólo creen en la justicia y la respetan cuando les beneficia. Algunos amigos me han comentado que veían en mi nota rasgos de la figura de un fiscal o de un juez deteminado, ya exjuez (cuyo trabajo contra el narcotráfico y el terrorismo hay que reconocer y saber valorar). Respeto las diversas opiniones sobre algún caso en particular, pero mi nota se refería al caso general y complejo de la justicia, que no siempre es todo lo racional y lúcida que debiera, y que por supuesto no siempre puede satisfacer a las dos partes litigantes. La justicia debe ser fría y desapasionada en sus juicios y razonamientos jurídicos, y rechazar la condena mediática o social antes del juicio propiamente dicho. El gran jurista Beccaria, en su libro "De los delitos y las penas", ya nos advertía en el siglo XVIII que no hay que añadir más daño al detenido. Jurista que además estaba en contra de la pena de muerte en aquellos tiempos en que las ejecuciones públicas eran una fiesta y un jolgorio colectivos, a las que incluso habían asistido poetas como Lord Byron en sillas preferentes.
"La ley no los ha condenado aún, y se da, en la incertidumbre en que se está de su crimen, un suplicio mucho más terrible que el de la muerte, a la que no se les condena, sino cuando se está seguro de que la merecen. ;Cómo! i Ignoro aún si... eres culpable, y
te atormentaré para saberlo: y si eres inocente, no expiaré
las mil muertes que te he hecho sufrir, en igual
de una sola que te preparaba!" (Cesare Beccaria, "De los delitos y de las penas", cap. XIII, sobre el tormento, la tortura).
Jose L Ferraz: Prudente, moderado y respetuoso como siempre, maestro.
Brillante.
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