miércoles, 20 de enero de 2010

AL CABO DE SIETE DÍAS SE RECONOCIERON LOS VIVOS Y LOS MUERTOS

Fotografía: Janet Xirgu, Rostros al pie de la calle












En el caso de Haití, los europeos han dado una muestra más de ser unos grandes especialistas en reuniones inútiles y reuniones ambiciosas y discusiones interminables para ver quién manda, quién coordina peor la solidaridad, una solidaridad atropellada, almacenada, desconectada de la realidad brutal por culpa de tanta burocracia internacional. El novelista Henry James solía presentar a sus personajes europeos como tipos sofisticados y embaucadores, elegantes pero corruptores de las buenas intenciones de los otros personajes que venían del nuevo mundo. Europeos decadentes y manipuladores, discutiendo siempre por el liderazgo de la sagrada y vieja Europa: que si Francia (país colonizador de Haití, etc.), que si Alemania, que si Inglaterra (colonizador, etc.) y ahora España (también colonizador de La Española, Haití, etc.).

Y pasaban los días y las noches, y los medicamentos sin distribuir, los alimentoss sin repartir y las grúas no llegaban. Ahora han desembarcado los marines y han impuesto la potencia de su ejército para los vivos y los muertos. Una invasión solidaria, dicen, pero sin mencionar el apoyo militar y financiero que en su día dieron a Duvalier, el dictatorial Papa Doc de Haití*. Es de esperar que el gobierno de EE.UUU, después de organizar el caos, sepa reconstruir el país democráticamente pidiendo responsabilidades por tanta miseria: a sí mismos, a los gobiernos europeos que andaban por ahí y al gobierno haitiano. Y los europeos, antes colonialistas, a seguir discutiendo y descoordinando el presente miserable de sus excolonias.

* El 14 de agosto de 1769 se habría producido en Bois-Cayman una ceremonia del sacerdote vudú Boukman, que es considerada como el punto de partida de la Revolución Haitiana. El largo proceso emancipador tiene por protagonista a François Dominique Toussaint-Louverture, quien entre 1793 y 1802 dirige la revolución haitiana con sagacidad, enfrentando a españoles, ingleses y franceses, hasta su captura, destierro y muerte en Francia.
En
1803, Jean Jacques Dessalines vence definitivamente a las tropas francesas en la batalla de Vertierres y en 1804 declara la independencia de Haití, proclamándose Emperador. En 1822, las tropas haitianas invadieron la parte oriental de la isla de La Española (República Dominicana), que recobraría su independencia en 1844. La gran inestabilidad política del país sirvió a Estados Unidos como pretexto para invadirlo en 1915 y ejercer así un control absoluto hasta 1934.
Los sucesos siguientes reflejaron la pugna entre las autoridades
mulatas y las masas populares afrodescendientes.
En
1957 fue elegido como Presidente François Duvalier, conocido popularmente como Papa Doc, que gobernó dictatorialmente con ayuda militar y financiera de Estados Unidos y que en 1964 se hizo proclamar presidente vitalicio. Su hijo Jean-Claude Duvalier (Nené Doc) le sucedió en 1971. En enero de 1986 una insurrección popular le obligó a exiliarse y el ejército se hizo con el control del poder, mediante la formación de un Consejo Nacional de Gobierno, presidido por el general Henri Namphy.
(de Wikipedia)

El suplente del cronista

4 comentarios:

Albert Lázaro-Tinaut dijo...

¿De qué nos extrañamos, si se puede saber?

albert tugues dijo...

Es verdad, no hay que extrañarse. ¿Qué buscan en realidad los ejércitos de salvación? Si durante años y años no se han preocupado de la miseria del país al que ahora dicen ayudar, ¿por qué se fotografían ahora los ejércitos de salvación en medio de la miseria? ¿Será qué buscan algo en el bolsillo del pobre, después de pacificarlos y distribuir las medicinas y los alimentos que los ayudarán a vivir hasta la próxima catástrofe?

Desconfiado

albert tugues dijo...

En política, no existe el amor al prójimo, a ver si nos enteramos. Fotografías a toda página, limosnas y rédito electoralista. Figurar, incluso en la miseria y el dolor. Todo es propaganda interesada, nada de amor al prójimo. Algunos cooperantes, algunos religiosos, quizá sí...
¿Y la Naturaleza, es ella siempre tan bondandosa con los débiles? La Naturaleza es como Dios: sólo la puedes disfrutar cuando no tienes problemas y vives bien, hasta que un día ella, la Naturaleza, se harta y te abre la tierra o te inunda el mar o te quema en un incendio. Favores de la Naturaleza, la bondadosa, desde los orígenes de los tiempos. Como Dios.

Postecologista

albert tugues dijo...

Es de todos conocido: Dios, la Naturaleza y los ejércitos de salvación han sido creados y pensados para proteger a los poderosos y dar limosna a los pobres (unas vacaciones en el mar, por ejemplo, después de más de 1.500 horas trabajadas al año).

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