Dicen los más expertos del lugar, que hace mucho tiempo que la lotería no toca en el barrio. No toca, quieren decir, de una manera importante, sustancial, no pequeñas devoluciones y otras minucias de la buena suerte.
Otros dicen que no es por eso, sino que arriesgan poco, y de este modo sería milagroso que les tocara algo en la lotería. Hay que arriesgar si quieres conseguir algo, si quieres obtener parte en la distribución de la buena suerte.
En este vida, concluyen los más expertos del barrio, si no estás dispuesto a jugar, a jugártela, y esperas a que la suerte llame a tu puerta, seguro que aguardarás en vano. Y la suerte, la buena suerte, pasará de largo una vez más por delante de tu puerta, y continuarás sentado días y días esperando cómoda o incómodamente, sin arriesgarte a jugar, a jugártela de una vez por todas.
Sin embargo, a pesar de estos consejos, algunos no se fían y siguen pensando que la buena suerte no existe, que no ha existido nunca, y que todo es cuestión de trabajo y trabajo: no de jugar, de pasarse el tiempo jugando.
Pero es lo cierto que a algunos les toca la lotería, y a esto no sabríamos cómo designarlo si no lo llamáramos "Buena suerte".
El suplente del cronista (me han tocado 120 euros a repartir entre dos)
3 comentarios:
A mí, no
El desventurado
Me devuelven el dinero, lo apostado, lo arriesgado, es decir, me quedo como antes. ¿La buena suerte es otra cosa? ¿O ya está bien quedarse como antes de apostar?
La pequeña jugadora
A mí tampoco... ni devolución siquiera... sniff sniff. Hacía diez años que no compraba lotería de Navidad. Dentro de otros diez ya os lo contaré.
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