miércoles, 22 de octubre de 2008

¿Y usted cuándo lee?

Este fragmento que leo sobre el “ecologismo libresco” me recuerda un asunto que me preocupa bastante: el de la lectura. La cualidad cada vez más próxima a la inutilidad de la lectura libre (la no condicionada por tareas profesionales) ha invadido la sociedad bien pensante de mala conciencia. Y en lugar de decir lo que todo el mundo piensa: que leer un libro no sirve para nada más allá de lo que sirve ver un rato la televisión (es decir, entretenerse un poco, aunque como entretenimiento resulte más cansado); la sociedad ensalza y trasciende la lectura casi como un hecho ritual o simbólico. Hasta hace poco no me parecía mal: la idealización de la lectura mantiene con vida la agónica industria editorial. En la industria editorial, pensaba, los libros comerciales amparan la edición de los libros literarios, no siempre comerciales. Vale la pena no marear el asunto, no sea que se descubra lo que todo el mundo ve. Sin embargo, empiezo a comprobar que el ensalzamiento de la lectura, de la Lectura, es un activo carcinoma que va cubriendo el tejido social con sus ruedas de molino. Por ejemplo: quienes deberían leer por jerarquía cultural dicen que sólo leen clásicos griegos. Bien. Quienes leen el último best-seller de la industria editorial se sienten orgullosos de sí mismos: la sociedad entera encomia su gesto. Mejor. A quien le gustaría leer pero no puede por cuestión de horario, dice que ha leído y se le admite sin problemas en el club de prestigio: tiene el mismo carnet que los que le admiten. Fantástico. Todo se asienta en la virtualidad. Leer es una tarea virtual: uno no necesita abrir un libro y pasar página a página el artefacto para leer. Y la Lectura cada vez es más importante en nuestra sociedad… que, miren las calles, los horarios, los hábitos, las audiencias, las tecnologías… ¿cuándo demonios se lee? ¿O es que en realidad lo que no se hace son otras cosas que…?
CC

1 comentario:

MCM dijo...

La lectura es un hábito individual lento, introspectivo que requiere meditación, tiempo y ganas.
Estamos viviendo una nueva edad media o una nueva barbarie como Todorov dice en su última obra , por lo que nos encontramos con una enorme masa inculta que utiliza las nuevas tecnologías, internet sobre todo y encuentra un formidable cúmulo de información que ni sabe procesar ni sabe distinguir el grano de la paja. A su lado tenemos una élite,(no hablo de dinero, no me refiero a una élite económica) que lee y se forma críticamente y que sabe analizar esa información que obtiene de sus lecturas, de la prensa y también de la red.
Creo que es un error contraponer tecnología y lectura, pueden ser, y de hecho son, complementarias ya que con las dos cosas el horizonte vital se amplía mucho más.
La cantinela de que no se tiene tiempo para leer es falsa, siempre hay tiempo para leer:en el metro, en el autobús, en la sala de espera del dentista, en el tren,en casa después de cenar, en la biblioteca, en el parque mientras se vigila a los niños, etc.etc.
Su usted toma un transporte público en Londres, París o Berlin donde habitualmente los trayectos son largos observará que hay muchos viajeros leyendo libros y muy pocos leyendo diarios deportivos.
Cosas que pasan.
MCM